Algunos lo llaman “Señales del Destino”, o quizás es el mismo Dios metiendo la mano por algún propósito divino. Algunos hablan de suerte, otros se refieren al azar. Muchos investigadores de la parapsicología han experimentado muchas formas en que las sincronicidades pueden manifestarse, y personas del común también las han vivido en momento trascendentales de sus vidas. Esas señales que llegan en un instante preciso y que para expertos de la talla de Carl Gustav Jung, uno de los pensadores más influyentes de la historia, las sincronicidades son un puente entre la mente y la materia.
Y es que las sincronicidades representan para muchos estudiosos una realidad oculta, una dimensión ingobernable que termina manifestándose en un momento determinado donde el sujeto se ve obligado a tomar una decisión. Y es que Carl G. Jung pasó su vida investigando estos fenómenos que se manifiestan en sueños, premoniciones, casualidades imposibles y fenómenos extraños, es como si el universo entero o quizás las estrellas se conspiraran para hacer algo posible y esto sea revelado. Jung asegura que «la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal»
El escritor italiano Massimo Teodorani también ha dedicado muchos años de su vida escribiendo sobre la sincronicidad asegura en muchas de sus obras que las sincronicidades suelen tener lugar cuando el hombre deja su mente en blanco y entra en plena armonía con la naturaleza. De una forma sencilla podemos definir sincronicidad como la coincidencia en el tiempo de dos o más sucesos no relacionados causalmente y que tienen el mismo significado para el receptor de los mismos. Por ejemplo: una persona con psicosis manifestaba que era Jesús el creador y destructor de la luz, en ese mismo momento la instalación eléctrica de la luz cayó del techo y dejo sin conocimiento al sujeto.
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