Los niños tienen un sexto sentido, pueden ver cosas que nosotros ya no concebimos, el hombre del sombrero, el chico enfermo con piernas largas y delgadas, el muerto que sonríe avanzando en la oscuridad, son cosas que quizás en su día nosotros también vimos y llegamos a dibujar. ¿Se trata solo de fantasías, de un universo que se olvida para siempre? ¿o es tan solo una excusa que los adultos empleamos para huir de la inquietante verdad?Pocas cosas con tanta fuerza como el dibujo de un niño, nos pueden parecer simples a primera vista, pero no lo es; quizás hay ecos que rebotan en esos grabados, en esos trazos, ecos de lo que somos y de lo que fuimos nosotros mismos. Fantasías, terrores infantiles, pesadillas, miedos en la noche. Se ha dicho de todo en torno a un fenómeno que afecta a miles y miles de niños en todo el mundo. En esos dibujos infantiles hay patrones comunes, lo que ven en esas pesadillas y o quizás en fragmentos de la realidad que ya no podemos contemplar se parece como una copia en ocasiones. A veces queremos entrar en este mundo, a veces prohibida, que le interesa a la psicología y a la psiquiatría y porque no, al mundo de la investigación del misterio.
Son fantasías, o quizás historias infantiles, es normal, su cerebro esta en plena formación, pero ¿que sucede cuando comienzan a ocurrir cosas extrañas, cuando otras personas alejadas al núcleo familiar observan algo parecido a lo que el niño ha visto?Hay personas que piensan que los niños tienen una antena distinta que los adultos perdemos con el tiempo, y que observan otra realidad que luego se van disolviendo como un sueño. Algunos expertos atribuyen este tipo de terrores a traumas infantiles y terminan minimizando el fenómeno pensando que en algún momento el niño dejara se fantasear, pero no sucede, el niño sigue viendo las mismas imágenes que tanto le atormentan, y los fenómenos en la casa continúan sin que nadie consiga darle respuesta ni explicación, atribuyéndoselo a casualidades.
Hace más de cuatro años un extraño fenómeno altera la paz de una pequeña familia en Islas Canarias, un misterioso suceso que aterra a Jaime su hijo mayor de tan solo ocho años de edad, que vive con miedo por las violentas pesadillas que experimenta durante la madrugada. El niño no descansaba, alguien estaba alterando su tiempo de sueño, pero, ¿quien era, quien le provocaba tanto miedo?Un hombre con bigote, capa y sombrero, es la contundente descripción que el niño por medio de sus dibujos hace del ser que tanto le asusta, una imagen que en ocasiones cobra vida por las noches, y que en otras parece traspasar la barrera de la realidad. El miedo era cada vez mayor, el niño había empezado a no querer dormir en su casa y sus padres estaban totalmente desconcertados. Un psicólogo y un neurólogo habían descartado cualquier tipo de enfermedad, un sacerdote había rezado por él, y sin embargo seguía teniendo aquellas horribles visiones. ¿Como podían ayudar a su hijo? Una posible solución parecería estar en Madrid, un exorcismo realizado por otro sacerdote. Jaime no ha vuelto a ser el mismo de siempre, y es que aún existen numerosas incógnitas por resolver. ¿Quien es el hombre del sombrero? ¿Porque se le aparece al pequeño? ¿Es alguien que pide ayuda, o por el contrario, es alguien que clama venganza?