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jueves, 27 de mayo de 2010

Kürten: El Vampiro de Düsseldorf


Peter Kürten
Era Peter Kürten, aquel ser sin rostro que tenia a la ciudad de Düsseldorf viviendo un continuo estado de histeria y pánico colectivo. Nadie se atrevía a caminar solo por las calles de la ciudad. El Vampiro de Düsseldorf, había tinturado las calles con sangre de inocentes con macabras técnicas de ejecución.
Nacido en 1883, Peter Kürten fue uno de los asesinos en serie más conocidos de Alemania, era el Vampiro de Düsseldorf. Cometió al menos 9 asesinatos, 7 intentos fallidos y no menos de 80 violaciones. Tenía una gran obsesión por la sangre lo que le provocaba gran placer. El psiquiatra forense, Dr. José Cabrera, asegura que cuando un asesino siente placer sexual con el fluido de la sangre y el sufrimiento de su víctima, es porque tiene problemas de impotencia, posiblemente este pudo haber sido el caso de aquel diabólico personaje.
Kürten nació en la localidad de Mülheim (ahora distrito de la ciudad alemana de Colonia). Era el tercero de 13 hermanos, en el seno de una familia extremadamente pobre. Durante sus primeros ocho años de vida, fue testigo del maltrato contra su madre y hermanas menores por parte de su padre. Y fue precisamente a los 8 años cuando huye de su casa y se refugia en las calles de Düsseldorf. A los 9 años realiza sus primeros asesinatos, cuando ahoga a dos amigos mientras que estos se bañaban en el Rin.
Desde entonces cometía pequeños delitos pasando varias veces por la cárcel. Entrada su adolescencia trabajo en una perrera donde torturaba, violaba y mataba perros abandonados, aunque este no sería el único caso de maltrato hacia animales.
Sus violentas tendencias se fueron incrementando conforme iba creciendo y comenzó a sentir la necesidad de aplicar sus sanguinarias técnicas en humanos. Pero no fue hasta el 13 de Mayo de 1913 cuando Kürten, entro en una casa presuntamente vacía, supuestamente para robar, pero en la casa se encontraba Khristine Klein de 13 años de edad, quien dormía plácidamente en su habitación. Tras comprobar que no había nadie en la casa, estranguló a la niña y luego la degolló.
En 1921, Kürten se traslada a Alternburgo donde contrajo nupcias con una dama de buena reputación y además consigue trabajo de camionero.
En 1925, Kürten regresa a Düsseldorf, y ese mismo año asesina a Rosa Ohlijer de 8 años de edad, a quien apuñala 13 veces con tijeras, y luego de beber su sangre como si de limonada se tratase, quema el cuerpo inerte de la pequeña con gasolina.
1929, fue el año más sangriento de Kürten. El 8 de febrero asesinó a una niña de 8 años. El 23 de agosto a dos hermanas de 5 y 14 años. En septiembre mató a una mujer a martillazos, y el 7 de noviembre en el colmo de su locura mató a una niña de 5 años y envió a un periódico local el mapa donde había enterrado a su pequeña víctima.
Pero no fue hasta el mes de mayo de 1939, cuando Kürten comete un error garrafal que acabaría condenándolo. Bajo engaños llevo a María Budlick (una empleada doméstica) a Grafenberger Woods donde trató de estrangularla para después violarla, pero la dejo con vida después de experimentar un orgasmo. Budlick acudió a la policía para proporcionar datos precisos de Kürten, quien con el retrato hablado se convertiría en el hombre más buscado de Alemania.
Es llevado a un primer juicio en abril de 1931 donde se declara inocente, pero el 24 mayo de aquel mismo año, Kürten se entrega voluntariamente y confiesa todos sus delitos, y se le sentencia a morir guillotinado, y se ejecutaría el 2 de julio de 1931. Lo que confirmaría su obsesión por la sangre serían sus últimas palabras: “Dígame cuando me hayan decapitado. ¿Podré oír siguiera un momento el ruido de mi propia sangre saliendo del cuello?”

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