Sobre los videojuegos se han producido un sin número de leyendas urbanas que de cierta forma se han creado para proteger a la juventud de una adicción al juego, y aun cuando carecen de bases solidas hay una excepción que causó gran revuelo entre los jóvenes norteamericanos en la ciudad de Portland, en un corto periodo de 1981.
Los jugadores presentaban diferentes síntomas entre ellos: mareos, convulsiones, vómitos, pérdida de la memoria, alucinaciones auditivas y/o ópticas, ataques epilépticos y terrores nocturnos.
Curiosamente la maquina (en un principio) provocaba gran adicción para luego estimular un odio visceral al mismo. El nombre de la compañía que lo lanzo también resulta curioso Sinnesloschen que en alemán quiere decir perdida de los sentidos.
Los jugadores olvidaban en qué consistía el juego de una forma escalonada, por lo que hoy día es casi imposible encontrar el testimonio de alguien que lo hubiese jugado y lo recuerde a la perfección. Cuando se cerraban los salones de juego, muchos jugadores afirmaban haber visto dos hombres que llevaban puesto traje negro y hablaban con los dueños de estos salones.
Muchos de los jugadores confiesan haber visto rostros fantasmales recorriendo la pantalla del juego a una velocidad casi imperceptible, así como mensajes subliminales que instaban al suicidio o al asesinato. Todo esto parecía un macabro experimento del cuál no quedan ya rastros ni pruebas de que alguna vez existió. Pero, ¿será que en realidad hubo un Polybius?
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