“ Estudios de la cáscara de nuez en la muerte inexplicada” (condene al culpable, salve al inocente y encuentré la verdad en una cáscara de nuez)
Personajes extraños…existen, pero ninguno como está abuelita oriunda de Chicago de nombre Frances Glessner Lee, quien tiene un aspecto agradable y bonachon y no dudamos que así sea, pero con un peculiar trabajo: La reproducción a pequeña escala de homicidios y muertes por causas violentas.
En 1943 realiza una asombrosa colección de muñecas que escenificaban homicidios y casos sin resolver. Quizás pueda parecer un trabajo un tanto macabro, pero para los estudiantes y la policia de New Hampshire resulto una ayuda de incalculable valor para sus estudios y para la resolución de ciertos casos sin explicación. La señora Glessner presto su macabra colección al Dpto de Medicina Legal de Harvard.
Pero esta casita no es para jugar; en ella el tiempo se ha detenido de manera brutal en cada una de las escenas que representa: muertes violentas sin resolución. Los muñecos-cadáver esperan silenciosos en el interior de su hogar de madera a que resuelvan su enigma.
En un escenario de muebles rotos, cortinas rajadas y evidentes signos de violencia descansan sin tregua los muñecos; algunos colgados, rajados, envenenados o apuñalados, observándonos con sus ojillos pintados en la cáscara de nuez...contándonos con el silencio de sus representaciones los detalles más escabrosos de sus vidas disolutas. Botellas rotas y ceniceros desbordados esperan a que los policias reclutas saquen las conclusiones pertinentes y puedan resolver el misterio...gracias a la casita de muñecas de la señora Glessner…
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