J-Horror (Terror Japones)

No solo de artes marciales, yakuzas y samuráis  hacen parte del cine del sol naciente, en los últimos años el cine de terror ha tenido gran acogida a nivel mundial. Los relatos japoneses sobre fantasmas y apariciones sirven como pretexto para estrenar las llamadas películas J-Horror. Se trata de un subgénero del cine de horror conocido también como J-Horror, término que se refiere a las aportaciones asiáticas a la ficción de terror. Este subgénero tiende a centrarse en el terror psicológico, la tensión, con toques de parapsicología. 

Este subgénero se origina con los relatos clásicos e historias de fantasmas del Periodo Edo (también conocido como periodo es una división de la historia de Japón, que se extiende desde 24 de marzo de 1603 hasta 3 de mayo de 1868) y la Era Meiji (denota los 45 años del reinado del emperador Meiji, reinado que en el calendario gregoriano corresponde desde el 23 de octubre de 1868 hasta el 30 de julio de 1912. Durante este periodo, Japón comenzó su modernización, erigiéndose como potencia mundial.), conocidas como kaidan. 

Diversos elementos de estos cuentos populares tradicionales han sido utilizados en el cine. Hoy día, debido a la gran popularidad del cine de horror japonés, se han realizado muchos remakes o versiones de los films mas sobresalientes como Ringu de Hideo Nakata en 1998, así como Ju-on de Takashi Shimizu en el 2000, son algunos ejemplos. 

En el J-Horror es muy común la expresión Yurei, que representan el alma de un difunto asesinado enterrado incorrectamente o traicionado antes de morir.Estos sujetos buscan redención a través de la venganza ,el típico “ojo por ojo”.Fue en el año de 1964 cuando Masaki Kobayashi abordo el tema de los fantasmas con el film “El más allá” de Masaki Kobayashi,e influenció a directores como Hideo Nakata (The Ring, Dark Water…Los viejos relatos de Sanyutei Encho el “H..P.Lovecraft” nipón y Mamboku Tsuruya,se distinguían por su contenido violento, provocador (sexual) y fantasmal.

Estas historias donde los muertos intentaban comunicarse con los vivos, tuvieron gran popularidad y sirvieron de punto de partida a las primeras películas de fantasmas nipones.