Dicen algunos supersticiosos que si el diablo realmente existe debe de ser mujer, y no es por atacar al gremio al que (gracias a Dios) pertenezco, pero cuando leo historias como estas no me queda la menor duda de que debe ser así. No hay mayor crueldad que la de una mujer enfurecida por los celos o cuando hieren su dignidad. Y no hay mayor crueldad que la de una mujer enloquecida con un arma de fuego o un arma blanca que esté dispuesta a atacar o a asesinar. Una mujer cargada del odio más feroz puede ser peor que una bomba molotov. Casualmente me encontré con dos historias que tomaron lugar en Chile. En la cultura chilena la Quintrala es sinónimo para la violencia, la crueldad y la opresión. Y es que no es para menos, su origen se remonta al siglo XVII, cuando vivió Catalina de los Ríos Lisperguer, a quien se le atribuyen un sin números de asesinatos incluyendo el de su padre poniéndole veneno en la comida, además de algunos de sus amantes, nativos y esclavos a los cuales martirizaba. La Quintrala fue célebre por sus crueles y perversos crímenes. Nacida en el seno de una poderosa familia de Santiago de Chile, fue criada por su abuela al morir su madre. Se dice que el nombre de "Quintrala" proviene del hecho de que su padre la llamaba "Catrala" de pequeña.
Un caso en el año 2008 sacudió a la población chilena, una serie de asesinatos tomaron lugar en aquel pequeño país. María del Pilar Pérez López es una arquitecta chilena que fue apodada por la prensa como “La Quintrala“. Pérez López se hizo célebre en Chile por planear el asesinato de su ex esposo Francisco Zamorano y su pareja Héctor Arévalo, así como el asesinato del joven Diego Schimidt-Hebbel. Estos crímenes fueron perpetrados por el sicario José Ruz en abril y noviembre de 2008, respectivamente. El caso de La Quintrala llamo la atención de los medios chilenos por la ambiciosa y fría personalidad de la mujer. Desde joven aquella mujer fue protagonista de hechos de violencia, sobretodo cuando intento ahorcar a Gloria, su hermana menor, estando ella embarazada. Sus primeras víctimas fueron, su ex esposo Francisco Zamorano y su pareja Héctor Arévalo. El 23 de abril de aquel año 2008 los cuerpos sin vida de los dos hombres fueron hallados sin vida, habían sido baleados. En principio se sospecho como autor del doble homicidio al arrendador de la casa donde vivía la pareja, pero fue Maria del Pilar Pérez quien había contratado a José Ruz, un sicario, para que asesinara a los dos hombres.
En la mañana del 4 de noviembre de 2008, el joven Diego Schmidt-Hebbel, se dirigía a la casa de su novia, Belén Molina, quien era sobrina de María del Pilar Pérez, el joven fue atacado por un sujeto, quién tras disparar en dos ocasiones, lo apuñaló con un arma blanca, falleciendo horas después. En un principio, la familia de Schimidt-Hebbel y la policía pensaron que esto se trataría de un asalto, pero 3 días después el casi dio un vuelco cuando la policia llega a la casa de María del Pilar Pérez el 7 de noviembre, pero fue hallada inconsciente por una sobredosis de medicamentos; la mujer había intentado suicidarse. Ruz confesó que había sido contratado por Pérez López para asesinar a Francisco Zamorano, Héctor Arévalo y Diego Schmidt-Hebbel. Tribunal consideró confesión de Ruz como prueba central en condena a Maria del Pilar Pérez. Pérez López le pago a José Ruz 3 millones de pesos chilenos (que equivalen aproximadamente a COP$11.203.129) por asesinar a su ex esposo Franscisco Zamorani y a Héctor Arévalo, y le pago 2 millones de pesos chilenos (que equivalen aproximadamente a COP$7.468.753) por asesinar a Diego Schmidt-Hebbel. Maria del Pilar Pérez López fue condenada a 83 años de presidio, mientras que José Ruz fue condenado a 80 años.
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