El tráfico de órganos es algo muy común, la vida se ha convertido en un negocio, ya para los médicos no es prioridad salvar una vida, sino que la prioridad es lucrarse a costa de esa vida. En países que se rigen por La Sharia (ley Islámica) la vida de quienes no siguen la ley mahometana no vale sino para las actividades ilícitas. Lo que hace mas terrible esta situación es que los organismos internacionales que deberían proteger la vida como la ONU, se mantienen al margen haciéndose de la vista gorda. Las vidas de quienes viven en esos países o en cualquier país civilizado en donde ya se implementa La Sharia corren grave peligro si no aceptan unirse al islam y a luchar en contra de los no-musulmanes.
Vivimos en un mundo en donde los valores se han perdido, en donde la vida no se respeta ya que representa un ingreso no importa si es o no legal, y no importa si inocentes se ven o no afectados a causa de ella. Vemos el teatro más ridículo y más absurdo de gazaties fingiendo ser víctimas, niños que mueren por Ala y en Occidente son mostrados como víctimas de las FDI, cuando realmente son terroristas que no alcanzan los 21 años de edad. Vemos como tratan en Occidente a un terrorista como si fuera un ministro para asesinar públicamente a Israel y hacer del antisemitismo algo correcto ante una sociedad muy lejos de serlo.
El grupo Yihadista Estado Islámico (EI) según la revista Forbes encabeza la lista de los grupos terroristas más prósperos del mundo con un ingreso anual de 2.000 millones de dólares. EI además de controlar el 60% del petróleo de Siria y la extracción ilegal de hidrocarburos, se financia con el tráfico ilegal de órganos humanos. Las personas que pertenecen a comunidades minoritarias, entre ellos cristianos, o combatientes fallecidos son las principales víctimas del grupo terrorista. Los médicos trabajan de forma rápida en los cuerpos de las personas, extraen los órganos que pueden ser enviados a compradores locales como extranjeros.
Según el médico Siruwan Al Mosuli de Mosul en el norte de Irak, EI contrata médicos de Arabia Saudita y otros países musulmanes de la región para la ejecución de dicha practica que genera importantes beneficios al grupo Yihadista. EI cuenta con un grupo especializado únicamente en el tráfico de órganos. Los médicos que trabajan con EI, a pesar de trabajar alejados de los médicos locales, sus actividades no pasan desapercibidas entre la comunidad médica de Mosul. De estos casos existen más de 18.000 entre Irak y Siria. Entre las víctima de EI hay niños a quienes reclutan para luego asesinar y así poder extraer sus órganos. Desde el Hospital de Mosul venden corazones humanos, hígados y riñones en el mercado negro internacional.
Tenemos ante nuestros ojos actos de verdadera barbarie, en donde un grupo Yihadista decapita estadounidenses y judíos y la opinión pública mundial señala con mirada acusadora a quienes ponen al servicio de la comunidad sus conocimientos científicos mientras que los otros, los que gritan ¡Muerte!, los que caminan delante de una pobre infeliz con una burka son protagonistas del mas cruel y dantesco derramamiento de sangre, sin importar que sean seres humanos con los mismos derechos. Estamos hablando de esos infelices que degüellan occidentales e israelíes y aún así hay millones de esos en nuestras calles infectando el aire limpio de la democracia occidental con sus rostros llenos de odio anti-estadounidense, anti-cristiano, anti-católico y anti-semita.
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