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jueves, 22 de septiembre de 2011

Musulmanes, un peligro para la humanidad


La situación de las mujeres que viven bajo el yugo del islam puede resultar para nosotros algo lejano que solo sale en las noticias, por supuesto, sentimos pena por aquellas mujeres que sufre día a día del maltrato de su pareja sentimental. Hay quienes simplemente hacen chistes sobre los musulmanes, quizás ignorando un poco lo que las mujeres tienen que vivir junto a sus maridos, mejor dicho lo que tienen que sufrir bajo un regimen tan extremista como lo es el islam. No hace falta ir muy lejos para ver a grandes razgos lo que una mujer casada o que viva en union libre con un musulman, simplemente con ver una pelicula como: "No sin mi hija" (Not Without My Daughter) de Brian Gilbert  estrenada en 1991. ¿Como viven las mujeres de los musulmanes? Es la pregunta que muchas personas se hacen, y es precisamente donde comienza esta pequeña historia que quiero contarles. 
Existen paises donde predominan ciertas culturas que nos obligan a los seres humanos a convivir con ellos obviando quienes son, sus costumbres, en resumen, que nos hacen ser tolerantes y aceptarlos como seres humanos, a no discriminar. Canadá es un pais donde las personas simplemente somos personas, no somos colombianos, mexicanos o japoneses, simplemente somos personas valiosas que merecemos respeto, y eso se puede ver en el día a día, yendo a la estación del tren, yendo al supermercado, e incluso cuando alguien tiene que enfrentarse con un policia. Nada de esto lo vi en un articulo o en la televisión, fueron cuatro años, en los que conoci a muchas personas a quienes aún hoy día considero muy buenos amigos, desde italianos, suizos, koreanos, japoneses, australianos, mexicanos, para mi son simplemente eso, buenos amigos. 
Quizás el hecho de uno abrirse y aceptar sentarse en un sitio publico a tomarse un café con alguien a quien uno acaba de conocer en la biblioteca no es precisamente la mejor idea, y aquí es donde entra a la perfección el famoso refran: "Caras vemos corazones no sabemos". El hecho de comenzar una conversación con un desconocido puede ser el comienzo de una bella amistad, o una relación que llene a ambas partes de satisfacciones y un mundo de felicidad, pero también puede ser el comienzo de una pesadillas, y aunque suene trillado, el comienzo del fin. Piensen en una mujer latinoamericana que llega a una biblioteca y conoce a un hombre que muy amablemente le ofrece un lugar junto a él para ella poder conectar su computador. Esta mujer y este hombre comienzan a hablar, y por varias semanas se citan en el mismo lugar, tienen gustos similares, y como es normal, comienzan una bonita amistad que llega a ser un noviazgo, el problema es que este hombre es nacido en Irán, es musulman, y ella es una colombiana catolica, por lo tanto sus costumbres son opuestas, pero este detalle no se nota sino hasta el momento en que deciden vivir bajo el mismo techo. 
El hombre musulman durante el proceso de la conquista es todo un caballero, es un verdadero galán que puede ser el hombre ideal. Las mujeres tenemos un gran defecto, y es que al fijarnos en un hombre no hay consejo que valga, y esto resulta de gran utilidad para el musulman, que la mujer se enamore, se ilusione y no le importe dejarlo todo. Lo que la mujer no sabe es el cambio que ellos muestran una vez que han conseguido lo que tanto buscaban, llevarse a vivir a esa mujer cristiana, judia o catolica" ingenua y tonta" a vivir con ellos. Hay mujeres que sufren maltrato fisico, pero hay otro tipo de maltrato no menos doloroso, es el abandono, la suciedad, las mentiras y las escusas tontas que dan pensando que todas las mujeres (no-musulmanas) somos como las que ellos estan acostumbrados a tratar. Hay mujeres que creen en los absurdos que ellos dicen, hay mujeres que no se dejan engañar tan facilmente. Volvamos a la mujer de nuestra historia. Esta mujer luego de sufrir ese abandono, esa suciedad, y que por supuesto que ese musulman insulte su inteligencia, decide vender lo poco que tiene, abandonar el trabajo que tanto ama, abandonar una vida que disfrutaba, un pais que consideraba suyo, para volver a su pais olvidandose de todos sus sueños.
¿Que hubiese sido de esa mujer sino hubiese reaccionado a todas esas señales? Seguramente estuviese, ya no en Canadá, disfrutando de su vida en Vancouver, probablemente estuviese en Teheran tapada como las mujeres de las fotografias o maltratadas como terminan las mujeres musulmanas. Por esta razón, quiero dejarles un mensaje a las mujeres que tuvieron la oportunidad de leer este articulo. Mantente alejada de los musulmanes, no eches a la basura tus sueños, ninguno de ellos merece tal sacrificio. No te lo dice una colombiana que no gusta de los musulmanes, te lo dice una colombiana que fue victima de uno de ellos. 
Ehsan Halvaei, mi ex novio musulman

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