Hace 25 años de la tragedia de Chernóbil, y sus efectos aún se notan, y se notaran durante mucho tiempo, especialmente en sus niños, como el caso de Marta, quien nació en Ucrania 13 años después del mayor accidente nuclear de la historia. Ha visto fotos, le han contado lo que paso, pero no sospecha la magnitud de aquella catástrofe. Sin embargo, su organismo pudo haber sufrido las secuelas si Ángel y María no se hubiesen cruzado en su camino.
España tiene un programa que recibe decenas de niños de las zonas de Ucrania y Bielorrusia que más cerca está de la central. Estos niños pertenecen a una tierra manchada de radiación, y aunque poco saben del accidente, todo lo que les rodea está marcado por el desastre y la muerte. Existe una zona de exclusión no muy lejos de la central en la cual no se recomienda vivir, pero hay otras áreas en donde aún viven personas y donde aún hay radiación, especialmente por el yodo 131 y el cesio 137. En el suelo y en los terrenos de cultivo es donde más contaminación hay.
Los expertos aseguran que la explosión en la central contribuyó a dejar poblaciones deprimidas. En estas localidades enfermedades, las lacras sociales y el alcoholismo son el pan de cada día. Los sueldos nos les permiten a las familias comprar alimentos importados por lo que solo pueden consumir lo que produce esa tierra contaminada.
Allí nació Marta, en aquel entorno irradiado. Cuando tenía apenas 6 años, la ONG “Ven con Nosotras”, invito a Marta a una visita durante el verano a España, y fueron Ángel y María quienes la recibieron en Valladolid. Fue muy difícil para Marta adaptarse, ella no quería estar en España, se negaba a dormir sola, no estaba acostumbrada a alimentos diferentes a los contaminados por la radiación. Marta logro adaptarse, tanto así que repitió al verano siguiente, tanto que el matrimonio terminó por tramitar su estancia permanente en España por sus estudios.
Como la historia de Marta hay muchas otras. Generalmente el viaje a España de los niños de Chernóbil se limita a los meses de verano o “vacaciones de salud” como mejor lo conocen. . «Estar en ambientes no contaminados durante más de dos meses les ayuda a limpiar de isótopos su organismo, en especial del cesio 137 —la leche de vaca es su principal vehículo transmisor, por lo que les está vetada”, asegura el doctor Miguel Zafra. Según su experiencia, los niños de Chernóbil vienen con un retraso de 2 años en su desarrollo, sufren de enfermedades bucodentales y oculares, así como de carencias alimenticias.
En los niños y adolescentes de Chernóbil se ha registrado existe un alto incide de cáncer de tiroides, detectándose en estos 25 años 400.000 casos de niños contaminados por cesio, siendo los efectos acumulativos puesto que podrían manifestarse a largo plazo. Además de los problemas médicos debemos añadir las secuelas psicológicas que arrastran de la zona en la que viven. La mayoría de estos niños no tienen un contacto real con adultos ya que viven en orfanatos o con familia desestructuradas y no conocen el amor, la confianza, la autoestima o alegría. Estos niños también sufren de estrés psicológico adquirido por vivir en una zona contaminada. Cuando estos niños llegan a España no quieren escuchar nada que esté relacionado con la tragedia de Chernóbil.
“Ven con Nosotros”, es una ONG para el Desarrollo sin ánimo de lucro, que comenzó su labor en 1994, cuyos fondos se dedican exclusivamente al acogimiento, en familias españolas, de niños ucranianos afectados por el desastre de Chernóbil y a la ayuda humanitaria en Ucrania. Actualmente la ONG esta formada por unas 90 familia, de las que aproximadamente la mitad realizan acogimientos. En los últimos años este número ha ido incrementando, animados por la labor altruista en pro de los niños de Chernóbil.