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jueves, 1 de julio de 2010

Misterios de la Tauromaquía

“Espectáculo de multitudes, capaz de despertar pasiones insospechadas. Es la lucha a muerte entre el toro y el torero que aun en nuestros días sigue siendo llamado “espectáculo”, siendo bien permitida en la sociedad actual catalogarla como “fiesta” a la reunión del hombre y el toro, a un ballet del que forzosamente tiene que salir una víctima, que suele ser el toro…naturalmente, porque de lo contrario pocas personas saldrían vestidas de luces, de fiesta, para correr al albur cristiano del Circo Romano, para jugar solo una posibilidad de una de las mil cartas que se ponen en juego para salir vivo de la contienda. 
En el fondo el torero no piensa en la cogida, como el automovilista no piensa que él y sus familiares pueden ser protagonistas de una crónica de sucesos del día siguiente. Naturalmente el torero sabe que existe el peligro de la cornada, lo mismo que el conductor de coches no ignora la posibilidad del accidente, pero si pensasen obsesivamente en una u otra cosa, ni el torero se vestiría de luces, ni el conductor se acercaría al volante jamás”
-Del libro: Toros y Toreros, arte de Picasso: texto de Luis Miguel Dominquin
Toros de Goya
Hace 200 anos, Goya dibujo una serie de personajes que hoy día nos parecen casi fantasmagóricos, sin embargo eran toreros, uno de ellos era licenciado de Falces (Navarra, España), un hombre que desafiaba los cuernos mortales de la bestia, embozado en una capa negruzca que parecía la de la muerte. También habían individuos como Martincho que llegaban a encadenarse delante de las hasta, siendo estas cosas habituales en un mundo que todavía vivía de ritos ancestrales y antiguos que casi ya no comprendemos, y sin embargo durante el siglo XX el mundo taurino reflejo presagios de muerte, carteles malditos, colores u objetos que son odiados, así como una serie de ritos que parecen absurdos, pero que están presentes condicionando las vidas de los más grandes.
El mausoleo de Joselito
En los años 20 hubo un subalterno llamado Blanquet que era muy apreciado por los toreros de la época, en la recta final de su carrera como "hombre de plata", comenzaron a pasarle cosas extrañas que lo atormentaban hasta el pánico. Cada vez que olía a cera quemada, moría un torero, como sucedería en 1920, cuando muere José Gómez Ortega "Joselito" por una cornada en el vientre. Casos como este se repitieron en varias ocasiones, y entonces corría el rumor que cada vez que Blanquet sentía el aroma de la cera, la desgracia estaba asegurada. Fue en 1926, el día del debut de Blanquet cuando el siente el aroma a cera y parecía que la maldición se rompía, festejando con sus compañeros su éxito, Blanquet se desploma y muere de un infarto.
Manuel Laureano Rodríguez Sánchez "Manolete"
El mítico "Manolete", atormentado por la presencia de un extraño individuo que vestía de gris al que solo veía El. ¿Se trataba de una alucinación o de un presagio mortal? "Manolete" lo definía como un sujeto normal, gris y corriente hasta la exageración. Era tan normal su cara y su vestimenta que nervioso y apunto del delirio confesaba a los suyos que jamás lo podría precisar con precisión. Era alguien que a pesar de haber hecho una gran faena, le miraba fijamente reprobándole. Ese individuo al parecer surgía en todas las plazas y con aquella extraña actitud. La obsesión de "Manolete" por el hombre de gris se acentuó hasta el punto que muchos piensan que tuvo que ver con aquella fatídica tarde, cuando un error de principiante, el toro isleño lo aprendió mortalmente. Se cuenta incluso que el misterioso personaje que tanto atormentaba a "Manolete", estuvo en su lecho de muerte.
Francisco Rivera "Paquirri"
José Cubero "El Yiyo"
Vicente Ruiz "El Soro"
Sin duda, el cartel más negro de la tauromaquia fue el formado por Francisco Rivera "Paquirri", José Cubero "El Yiyo", y Vicente Ruiz “El Soro”. Todo comenzó aquella tarde de septiembre de 1984 en una plaza de Pozo Blanco, cuando muere “Paquirri” por una corneada, “Paquirri” peleo hasta el último momento y las escenas de su templanza agonía dieron la vuelta al mundo. España entera lloro un percance inesperado que demuestra que la fiesta es a la vez luto por un torero. Un año después “Yiyo” fue víctima de una mortal cornada, de las mas espantosas de todos los tiempos, su corazón quedo abierto como un libro por el cuerno del toro. Por su parte “El Soro” sufrió una brutal cogida en una pierna que le obligo a caminar con muletas por el resto de su vida. Por si fuera poco, el dueño de la ganadería de donde había salido el toro, fue asesinado por uno de sus empleados. 
Desde siempre las personas relacionadas con la tauromaquia se aferran a supersticiones antiquísimas, así como a rituales y premoniciones.

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