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viernes, 9 de julio de 2010

Instantes del Fin del Mundo

En este momento puede que estemos más cerca del fin del mundo. Según los investigadores, esto se debe al generador de partículas, un intento del ser humano por enfrentarse y comprender los más profundos enigmas del universo, llegando a ver las mas pequeñas partículas, una de ellas, el Boson de Higgs, conocida también como la partícula de Dios, de donde nació todo, como el proceso de Big Bang, por dar un ejemplo, y descubrir también ese 95% del universo, que se dice que es materia oscura y desconocida. Pero también se hablan de peligros. 
Algunos estudiosos han acudido a tribunales con documentos que aseguran que el generador de partículas podría provocar agujeros negros que podrían devorar la tierra, entonces la raza humana estaría en grave peligro de desaparecer. Pero así como esta teoría existen otras teorías que de forma rotunda desmienten esta teoría. ¿De verdad la tierra ha estado en peligro en alguna ocasión? ¿De verdad todo ha estado a punto de la autodestrucción? 
Hubo un elemento iconográfico muy potente en la época de la Guerra Fría, una guerra que para algunos continua, se trata del teléfono rojo, una linea directa entre el bloque de este y Estados Unidos. Dicen que sonó en varias ocasiones, que hubo instantes en que estuvimos en la frontera que dividía el miedo y el holocausto total. Aun existen dudas sobre este hecho, pero lo que si esta claro es que parece muy difícil que el mítico teléfono rojo, si es que todavía existe, vuelva a sonar. 
Durante décadas el precario equilibrio de la Guerra Fría, se baso en la idea de que un conflicto nuclear traería consigo la mutua destrucción de ambos contendientes, y casi con total seguridad del resto de la humanidad. No obstante aun existía la posibilidad de que se produjese un fatal error técnico o humano que provocase un lanzamiento no autorizado de imprevisibles consecuencias. Esto llevo en 1963 a la creación del llamado teléfono rojo, una linea directa entre Washington y Moscú, destinada a aclarar cualquier posible malentendido y contrarrestar los efectos de cualquier accidente de este tipo.
Hoy sabemos que aquel teléfono sonó varias veces a lo largo de su historia, y que el mundo a permanecido ignorante hasta ahora de lo cerca que había estado de su total aniquilación. Existen documentados no menos de 20 casos de este tipo que probablemente sean los más graves y que continúen clasificados. Quizás el más importante de estos incidentes ocurrió el 9 de noviembre de 1979 a las 8:45 horas, cuando las pantallas de los centros de defensa de los Estados Unidos comenzaron a mostrar lanzamientos de decenas de misiles nucleares contra territorio estadounidense, en lo que parecía un ataque nuclear a gran escala. Durante 6 minutos se pusieron en marcha todos los planes de emergencia previstos, incluido un devastador contraataque. 

El avión presidencial despego, y los bombarderos nucleares despegaron con todo su arsenal de guerra, los códigos de lanzamiento fueron cursados a los diferentes hilos de misiles distribuidos por todo el país. Sin embargo había una pieza que no encajaba. Los radares de alerta temprana norteamericanos no eran capaces de detectar ninguno que los misiles que supuestamente se acercaban a territorio estadounidense. 

Tampoco las lecturas de los satélites espías mostraban rastro alguno de los lanzamientos. Se esperaron unos angustiosos minutos, y cuando el tan anunciado impacto no se produjo, se anulo la alerta. Más tarde se descubriría que aquella falsa alarma había sido provocada accidentalmente por alguien que había introducido una cinta de entrenamiento en los ordenadores del sistema.

A raíz de aquello, se construyó una instalación independiente para los ejercicios de simulación. Aquella noche el mundo durmió tranquilo, ignorante de lo cerca que había estado de hacerse realidad el apocalipsis nuclear; tan tranquilo como muchas otras noches en que el destino del mundo dependió de la capacidad de reacción de unos hombres y mujeres que se enfrentaban a una guerra sin victoria posible. Hoy día se sabe que existiría el riesgo de una bomba sucia que podría ser lanzada en aerosol por algún grupo terrorista, provocando un caos cuando la gente se diera cuenta, ya que la radiación es un enemigo silencioso que se apodera de sus víctimas sin que lo noten siquiera. 
Fue en 1947 cuando un grupo de científicos, especialmente de físicos, encabezados por Albert Einstein, preocupados por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, y por las bombas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki, crearon un reloj simbólico, cuyas manecillas se adelantan o retrasan dependiendo del peligro. Si estas manecillas llegan a las 12:00, sería el exterminio de la raza humana. En 1962 estuvo en su punto más alto, 11:58. A día de hoy estamos a las 11:55, por la guerra que hay entre dos países con armamento nuclear como lo son Pakistán y la India. En este caso no hay un teléfono rojo como había sucedido con Rusia y Estados Unidos durante la Guerra Fría, así es que los analistas consideran esto como el riesgo de Guerra Atónomica mas real que exista actualmente.

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