Muchas personas son selectivas en el área paranormal en el que creen. Muchos tienen fe en horóscopos, pero no creen en OVNIS; así como hay algunos que creen en fantasmas, pero no creen en la vida después de la muerte; y hay casos en donde las personas carecen de fe, y los vampiros son un buen ejemplo de ello. A pesar de las horas de grabación que se le dedicaron a la película Drácula, basada en el best-seller de Bram Stoker y en la vida del empalador rumano Vlad Tepes, son muy pocos los casos de vampirismo real, de hecho, de personas que literalmente retornan de la muerte.
Sin embargo hay un caso documentado en el siglo XVIII en Serbia que se centra en la vida del soldado Arnold Paole, muchos escritores afirman que vivió antes del siglo XVIII en el pueblo Serbio de Meduegna. Siendo todavía muy joven se unió al ejercito serbio, luego de haber peleado mucho antes con los turcos en el noreste de la región serbia de Cassova, para luego instalarse en Grecia. La región de Cassova es montañosa y muy cerca del tristemente famoso territorio rumano de Transilvania, que desde el siglo XVIII la creencia del vampirismo ha sido muy fuerte.
Muchos escritores afirman que Paole fue atacado en Cassova por un vampiro, pero muchos otros aseguran que fue en Meduegna, iniciando una epidemia de vampirismo o upirologia afectando a 16 civiles en dicho pueblo. Su caso y el de Peter Plogojowitz registrados y documentados por las autoridades austriacas, se consideran los ejemplos mejor estudiados sobre la creencia cotidiana de los vampiros.
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