Hijo del director de fotografía y escultor Eugenio Bava, es fácil adivinar como comienza la relación de Mario con las cámaras, pese a que estudió Bellas Artes y nunca dejó de lado su afición por la pintura. Pronto pasó de cámara a operador jefe, y de aquí a director de fotografía. Su genial uso de la luz y de los efectos especiales, que caracterizaría su obra como director, puede apreciarse en sus trabajos para otros directores como Riccardo Freda o Jaques Tourneur. Precisamente con Freda dió sus primeros pasos como director (a excepción de algunos documentales musicales) rodando algunas escenas de films como I Vampiri, o terminando el rodaje de Caltiki tras el abandono de Freda (lo mismo ocurriría con Tourneur y el film la Batalla del Marathon). En rcompensa, los productores le permitieron dirigir la Máscara del Diablo, pieza mítica en la historia del cine de terror italiano, europeo y mundial; además de servir para el descubrimiento de la no menos mítica Barbara Steele.
El éxito le permite trabajar con gente como Boris Karloff (las Tres Caras del Miedo) o Christopher Lee (Ercole al Centro della Terra) en otros films de género. No obstante, sus siguientes trabajos sirven para iniciar un nuevo género, el giallo. Informalmente se considera Seis Mujeres para el Asesino la primera muestra de esta corriente cinematográfica de la que el propio Bava y su compatriota Dario Argento han sido sus máximos exponentes. No obstante, calificar a Mario Bava como un director de cine de terror sería desconsiderar que a lo largo de su carrera tocó desde el peplum al western. Otro de los clásicos del director fué Bahía de Sangre, en la que sienta las bases del cine de psicópatas que tan popular se haría posteriormente (especialmente evidente es su influencia en la saga Viernes 13).
En sus últimos años abandona el giallo para volver al género de terror y al fantástico. su último film Shock lo rueda gracias a la ayuda de su hijo Lamberto Bava (que también incluría a su padre en el film de Dario Argento Inferno, del que acabaría rodando algunas escenas. La relación entre Lamberto y Argento se consolidaría después cuando el segundo produjese al primero las dos entregas de Demons). Después de Shock solo dirige un proyecto televisivo antes de fallecer de un ataque al corazón.
El éxito le permite trabajar con gente como Boris Karloff (las Tres Caras del Miedo) o Christopher Lee (Ercole al Centro della Terra) en otros films de género. No obstante, sus siguientes trabajos sirven para iniciar un nuevo género, el giallo. Informalmente se considera Seis Mujeres para el Asesino la primera muestra de esta corriente cinematográfica de la que el propio Bava y su compatriota Dario Argento han sido sus máximos exponentes. No obstante, calificar a Mario Bava como un director de cine de terror sería desconsiderar que a lo largo de su carrera tocó desde el peplum al western. Otro de los clásicos del director fué Bahía de Sangre, en la que sienta las bases del cine de psicópatas que tan popular se haría posteriormente (especialmente evidente es su influencia en la saga Viernes 13).
En sus últimos años abandona el giallo para volver al género de terror y al fantástico. su último film Shock lo rueda gracias a la ayuda de su hijo Lamberto Bava (que también incluría a su padre en el film de Dario Argento Inferno, del que acabaría rodando algunas escenas. La relación entre Lamberto y Argento se consolidaría después cuando el segundo produjese al primero las dos entregas de Demons). Después de Shock solo dirige un proyecto televisivo antes de fallecer de un ataque al corazón.
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