Muñecos Malditos

Los objetos inanimados no deberían de provocar ningún tipo de temor, son objetos de yeso, de plástico o tela que son incapaces de limpiarse su propio polvo. Vivimos en una sociedad donde todo aquello que no es natural suele ser rechazado. El experto en temas paranormales Omar Hejeile dice que existen 300 muñecos malditos y que el vudoo esta íntimamente implicado en su existencia. A través de la Ouija y rituales de brujería se pueden usar muñecos o cualquier tipo de objeto inanimado para hacer daño. Quien cree en la existencia del bien debe creer por consiguiente en la existencia del mal, y en todas sus formas y manifestaciones. Una mente puede ser muy brillante pero si existe algún tipo de maldad o podredumbre en su alma sin duda alguna esa inteligencia será usada para el servicio del mal. 

Los muñecos pueden causar muchos efectos en la psiquis de una persona. Así como para alguien un muñeco es un objeto de adorno, para otras personas es una vía para hacer daño. En el mundillo de lo sobrenatural los muñecos tienen un gran protagonismo sobretodo en casos por muchos conocidos. En el vudoo eran usados para lastimar a través de agujas, pero también para llevar espíritus y demonios que pueden destruir vidas enteras, deshacer familias y causar tragedias. Voy a redactar dos historias realmente escalofriantes de familias que han tenido estos objetos malditos. 

La historia de Anabelle es quizás la más conocida, ya que perteneció a una chica estudiante de enfermería llamada Donna, quien compartía apartamento con otra joven. Al recibir la muñeca la deja sobre su cama como adorno, pero comienzan a suceder cosas extrañas, como que la muñeca comienza a moverse sola, y a tomar posturas anómalas 

La joven termina pidiendo los servicios de una médium que les informa que dentro de la muñeca está alojado el espíritu de una niña llamada Annabelle Higgins, la cual les pide que la acepten como una más. Pero al darse cuenta que los fenómenos lejos de disminuir aumentan deciden contactar con un cura, el cual deja el caso en dos parapsicólogos: Ed y Lorraine Warren. Estos, a diferencia de la médium, les comentan que no existe tal Annabelle, sino que dentro de la muñeca mora un espíritu maligno que pretende poseer a Donna tras haberle dado permiso para que entrara en su vida. Finalmente optan por deshacerse de la muñeca y los Warren regresan a su casa (donde disponen de un museo) y desde entonces ha permanecido en una urna de cristal dentro del museo familiar en Connecticut.

El caso de Robert, el muñeco maldito, es la historia del niño Robert Otto Eugene quien era cuidado por su sirvienta Aitiana a quien quería mucho. La madre del niño descubre que esta mujer hacia rituales por lo que la corre de la casa y la mujer le deja al pequeño un muñeco de unos 3 pies de altura, y creado por la pobre mujer a través de un ritual de vudoo. Al principio el pequeño se encariña con el muñeco que hasta le pone su nombre, pero fenómenos extraños hacen que el pequeño le comience a temer al muñeco. El muñeco ocasionaba destrozos de los cuales el pequeño niño es culpado. Una tía sugiere que el muñeco sea llevado a un sitio alejado de la familia por lo que es llevado al ático, aquella misma noche la tía muere de un infarto fulminante. Pasan los años y el pequeño se hace un hombre que hereda la casa donde vivía en su infancia y aparece nuevamente aquel muñeco maldito que termina destruyendo a su familia. Robert Otto Eugene muere y su esposa decide vender la casa y la compra una familia con una niña quien padece con los fenómenos y el muñeco es enviado a una museo de objetos malditos y encerrado en una urna.