En materia de tecnología y de ciencia que supone un avance en el tratamiento de enfermedades o en el mejor desarrollo del consumo, es para muchos un paso más hacia el control absoluto de la población. A la vez se trataría de un siniestro plan que controlaría al ser humano desde el nacimiento hasta la muerte, detallando movimientos, enfermedades, vicios o hábitos. En temas de profecía judeocristiana este chip se trataría de la marca de la Bestia que se relata en el Apocalipsis de Juan. Hay muchas historias alrededor de los chips que van implantados en los seres humanos, pero lo cierto es que se trata de una forma muy sutil de controlar y manejar al ser humano como si se tratarán de títeres o de ganado que el gobierno trataría de una violación a la privacidad del hombre, a su libertad.
Como una iniciativa del Gobierno de Indonesia que propuso implantar uno de estos chips en el antebrazo de todos los enfermos de sida del país, para que cualquier persona que fuera a tener relaciones sexuales con alguien pudiera pasarle un pequeño lector y saber si esa persona estaba infectada o no. Lógicamente tuvo un gran debate nacional y la medida todavía está en el aire.
También existen chips que son implantados con otros propósitos, como es el caso de los mexicanos y norteamericanos que se implantan chips que son del tamaño de un grano de arroz, entre la piel y el músculo por si son secuestrados. Ante el aumento de los secuestros y el millonarios a ser secuestrados se implantan esos microchips (ya lo tienen 2000 personas) y si ven que son secuestrados dan a un botón, lo activan y enseguida el satélite los localiza. También ha surgido una noticia alrededor del chip y es sobre la posibilidad que la Unión Europea tiene de implantar el chip a los bebés recién nacidos para identificarlos, similar a los que llevan las mascotas.
En el tema medico, la empresa Cyberkinetics ha creado un chip llamado ‘Braingate’, que ayuda a las personas con problemas de movilidad, sobre todo tetrapléjicas. Lo implantan en la corteza cerebral, y a partir de éste se mandan señales a un ordenador que las ejecuta. Cosas, como por ejemplo, mandar un correo electrónico, abrir la puerta o controlar una mano mecánica. En el tema de la moda se habla de un tatuaje electrónico, que se aplica sobre la piel, se queda como un tatuaje y tiene la capacidad de monitorear nuestras funciones vitales, localizarnos. Daría, la agencia de proyectos avanzados del departamento de defensa de los Estados Unidos está ahora mismo trabajando en implantes cerebrales para cosas como quitar la depresión o ayudar a superar el estrés postraumático de los soldaos que vienen después de una guerra.
El próximo paso son los chips cerebrales, en los cuales se han estado trabajando. Estos chips permitirán navegar por internet o enviar mensajes de texto sin ningún tipo de aparato en nuestras manos simplemente con el pensamiento. Podremos ver lo que hay en internet y poner mensajes electrónicos simplemente con el pensamiento. El chip permitirá almacenar datos, servirá como disco duro o como un ordenador instalado en el cerebro. Pero todos los inventos no siempre traen beneficios sino también efectos negativos como delitos y enfermedades, y sobre todo abusos por parte de los gobiernos, tal como lo propone el Nuevo Orden Mundial, una forma de ejercer un control total, un sometimiento a un gobierno en donde los ciudadanos dejan de ser libres para ser esclavos no solo de los poderosos sino también de la misma tecnología. Los smartphones ya nos han hecho esclavos, pero con los chips serán los gobernantes los que manejen los hilos en donde para hacer lo que hacemos en el día a día tengamos que tener el chip.
La profecía bíblica describe los acontecimientos: Apocalipsis 13:7-8, 15-18 Se le permitió combatir contra los santos, y vencerlos; y también se le dio autoridad sobre toda raza, pueblo, lengua y nación. Y adoraron a la bestia todos los habitantes de la tierra, todos los que no tienen su nombre inscrito en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. También se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que ésta hablara y mandara matar a todo aquel que no la adorara. Además, hizo que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pudiera comprar ni vender si no tenía la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tenga entendimiento, que calcule el número de la bestia, pues es el número de un ser humano, y es el seiscientos sesenta y seis.
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