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martes, 19 de noviembre de 2013

Jánuca: La Historia

La comunidad hebrea esta apunto de celebrar una de las festividades más importantes y que más remembranza tiene en el mundo judio como lo es la Fiesta de las Luces, también conocida como Jánuca o Fiesta de la Dedicación. Esta felicidad se celebra el 25 de Kislev (Noviembre). El nombre de esta conmemoración proviene de la palabra "Janu", que significa "descansaron" y la partícula "ca" que representa el número "25", lo cual quiere decir el descanso que se produjo el 25 del Kislev, en la época del Segundo Templo Sagrado, cuando los griegos, en tiempos de Antioco Epifanes, profanaron el Santo Templo. Esta festividad comienza a las 18 horas del 25 del Kislev hasta las 18 horas del 2 del Tébet (en el año 2013: a partir Noviembre 27, 6pm al 4 de diciembre hasta las 6pm). 

Todo comenzó en el año 168 a.C (3.593 del calendario hebreo) cuando los griegos tramaron envenenar el corazón del pueblo de Israel para que estos renegarán de sus creencias, abandonarán el servicio y la fe en Dios, por lo que en un primer momento solo se valieron de estratagemas sin guerrear. El rey decretó a sus hombres combatir la creencia de los judíos y profanar el templo construido por Salomón o el Beit Hamikdash (המקדשבית) que fuese construido en el 960 a.C. Primero seducían a las personas simples, y tras convencerlos, el rey les otorgo un gobernador para la nación y el templo sagrado, a su vez nombro distintos cargos de jefatura y ministros pertenecientes al pueblo judío, y designaron un "Cohen Gadol" (Sumo Sacerdote) como así administradores, jueces y alguaciles. Estos hombres obedecían lo ya dictaminado y fueron apodados helenistas, que significa que por decisión propia aceptaron las reglas y no por decreto gubernamental.

Los griegos comenzaron a instruir a los judios que estaban bajo su jurisdicción en lo concerniente a las leyes griegas, así como los instigaron a profanar la Ley de Moisés (Moshe) o la Torá, recibida por el pueblo de Israel en el Monte Sinaí, luego de la salida de Egipto. Pero la mayoría de los judíos no se sometieron a los griegos, por el contrario, se aferraron a la Torá, lo cual enoja al rey, ya que si la mayoría de los israelitas no se sometían a las leyes dadas por él era porque los helenos no estaban ejerciendo manó dura, por lo que decidio usar métodos aún más radicales, así es que da una orden clara: "subyugación o degüello". Ante la negativa de la mayoría de los judios a las leyes implementadas por los griegos, los helenos desenvainaron sus espadas, asesinaron, descuartizaron y saquearon. La vejación a los hijos de Sión fue horripilante, ya que les propinaron todo tipo de ultrajes. Decenas de hombres, mujeres y niños indefensos perecieron por guardar la Torá, sus leyes y preceptos.

Luego de aquella matanza muchos decidieron someterse al régimen pagano, y una porción reducida se fugó hacia zonas deshabitadas o escondiéndose en cuevas, entonces los helenos trataban de convencer a los que huían para que se unieran al régimen invasor o los llevaban a la fuerza. Cuando los griegos ingresaron al patio del Beit Hamikdash, abrieron en la muralla trece grandes boquetes del tamaño de portones. Anularon el sacrificio cotidiano que se ofrecía  e impurificaron el aceite, hurtaron el candelabro (Menorá), y construyeron un altar. Cuando tuvieron el altar listo subieron sobre él un cerdo, lo degollaron y llevaron su sangre al Sancta Sanctorum del Templo Sagrado. 



El pueblo judío oyó lo sucedido y vieron que no hay refugio ante la guerra que se declaró, contra la espada y lanza del usurpador, mas el hermano revelado que se les unió. Cuando las esposas de los fugados y escondidos daban a luz un hijo varón, lo circuncidaban al octavo día, subían a la muralla de Jerusalem con el niño en sus brazos, arrojaban la criatura, y ellas se arrojaban detrás del bebé para subir al cielo los dos juntos. Esto lo hacían para que los hombres se animarán a luchar, de lo contrario no tendrían ni mujeres ni hijos lo que significaría el exterminio total. 

Entonces Judas Macabeo y sus hermanos y se enfrentaron a los griegos. Durante los 8 días de la guerra mantuvieron la Menorá encendida valiéndose solo de una botella de aceite de oliva para que el espíritu de Dios los rescatara. Los Macabeo eran pocos y los griegos eran muchos, los Macabeo eran los débiles y los griegos eran los fuertes, pero aún así los griegos fueron derrocados, la tierra fue purificada, así como lo fue el altar que estaba en el templo que fue construido nuevamente, haciendo un candelabro de madera con 9 velas, 8 por los días de guerra que sobrevivió el pueblo hebreo y la novena es el espíritu de Dios guiando a los judios durante la lucha. Hoy en día las candelas iluminan la luz de la Torá. Alegría, fe y seguridad en Dios hubo en toda la casa de Israel, y en todos sus asentamientos, hecho que sería recordado en todas las generaciones, durante la festividad de Jánuca.

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