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sábado, 30 de enero de 2010

Andrei Chikatilo: El asesino de los orgasmos


Andre Chikatilo
Uno de los personajes más crueles del siglo XX, que marco la historia de ucraniana de finales de la década de los 70´s. Andrei Chikatilo nació en Ucrania el 16 de Octubre de 1936, en una pequeña pueblo en tiempos de hambruna, cuando millones de personas morían y sus cadáveres eran amontonados en las calles y los campos. Andrei sufrió desde muy niño, cuando su hermano mayor Stepan murió devorado, luego de haber sido raptado.
Andrei era un niño muy introvertido, siempre era humillado por sus compañeros de colegio, y nunca se defendía. A medida que iba creciendo se hacía más tímido con las mujeres, hasta el punto de fracasar en su primer intento sexual, por eyacular en pocos segundos mientras abrazaba una chica, de ahí surgieron los primeros rumores de su impotencia, y una fama que afectaría su vida a partir de aquel entonces. 
Victima de Chikatilo
En 1971 recibe el diploma de maestro y entra a trabajar a un internado. Sentía una fuerte atracción por las niñas menores de 12 años, y se metía en sus habitaciones para verlas en ropa interior mientras se masturbaba con la mano dentro del bolsillo. A pesar de su problema, se pudo casa, y aunque era incapaz de mantener una erección, sí podía eyacular. Logró alcanzar en pocas ocasiones la suficiente erección para dejar embarazada a su esposa, pero no dejaba de pensar, que la naturaleza lo había castigado castrándolo al nacer.
En el colegio donde trabajaba también sufría los maltratos y las humillaciones por parte de sus alumnos, quienes lo llamaban el ganso y en muchas ocasiones le decían maricón. Poco a poco les fue tomando miedo a sus alumnos que llevaba un cuchillo a su trabajo. 
Chikatilo en juicio
En 1978 mató por primera vez, teniendo ya 42 años. En una ocasión abordo en la calle a una niña de nueve años convenciéndola para que se fuera con él a una cabaña que tenía en las afueras de la ciudad. Sabía cómo hablar a los niños y conseguir de ellos cualquier cosa que quisiera. Accidentalmente, le hizo un rasguño del que brotó sangre, hecho que le propició una erección inmediata, por lo que sacó un cuchillo y se lo clavó a la niña en el estómago. Con cada puñalada notaba que se acercaba más al orgasmo, por lo que no cesó de hacerlo hasta la eyaculación.
En 1981 cometió su segundo homicidio, esta vez se trato de Larisa Tkachenko de 17 años de edad, la convenció de ir con él al bosque para tener relaciones sexuales, pero fallo en el intento por lo que ella se río de él, esto lo enfureció de tal forma que perdió el control, estranguló a la mujer y eyaculó sobre el cadáver, posteriormente mordisqueo su garganta, le corto los senos y en su arrebato se comió los pezones de la joven. Luego, comenzó a lanzar aullidos mientras bailaba alrededor del cuerpo, dejó el cuerpo sin vida con un palo enterrado.
Andrei sabía que tarde o temprano volvería a asesinar. Su tercera víctima fue Lyuba Biryuk, fue raptada de una villa y fue acuchillada 40 veces en el bosque, le arranco los ojos, lo que usaría como su firma personal. Chikatilo asesino a otras tres personas ese mismo año. Sus víctimas siempre eran halladas en el bosque, con indicios de violencia y sadomasoquismo, y en ocasiones les faltaban miembros a las víctimas, eran niños, niñas y chicas jóvenes.
Entre sus victimas habían muchos escapados de sus casas y retrasados mentales quienes se dejaban convencer más fácilmente y agradecían su ayuda en el laberinto del sistema de transportes local, con el que no estaban familiarizados. En 1984 asesino a 15 personas, mientras el tiempo entre sus asesinatos iba disminuyendo el número de víctimas iba en aumento. A las adolescentes o chicas jóvenes les seccionaba los pechos o los pezones, ya fuera con sus afilados cuchillos o con los dientes. El útero era extirpado con tal exactitud que en aquel momento todos los cirujanos de la provincia de Rosstov se convirtieron en sospechosos en potencia.
Mientras violaba a sus víctimas, se enfurecía tanto por llegar tan rápidamente al orgasmo que prácticamente les desfiguraba el rostro a golpes. En el caso de los niños, los atacaba nada más para estar a solas con ellos en el bosque: un golpe para aturdirlos con las manos atadas y unos golpes de cuchillo para establecer su dominio sobre ellos. Posteriormente los mutilaba a mordiscos, les cortaba los genitales o solamente extirpaba los testículos, que guardaba como si de un trofeo se tratase. 
También arrancaba los ojos de todas sus víctimas, quizás para evitar encontrarse con sus miradas. En algunas ocasiones realizaba estas amputaciones cuando la víctima se hallaba aún con vida, pero inconsciente. En ninguno de los casos se encontraron las partes del cuerpo mutiladas en las cercanías de la escena del crimen. También practicaba el canibalismo, en sus declaraciones llegó a decir que le gustaba tragarse las partes más blanditas del cuerpo de sus víctimas. Inicialmente fue muy difícil demostrar que Andrei Chikatilo era el asesino de todas esas personas.
En 1990 volvió a matar, el sargento Igor Rybakov, vio surgir del bosque un hombre con traje y corbata. Mientras observaba cómo éste se lavaba las manos en la fuente advirtió que tenía un dedo vendado y una mejilla manchada de sangre. Le pidió los documentos y elevó un informe de rutina. Cinco días después encontraban un nuevo cadáver en ese mismo lugar el cual estimaron que llevaba muerto más o menos una semana.
El homicida tenía que haber pasado por la estación, y el culpable no podía ser otro que el sospechoso del informe de Rybakov. Lo arrestaron el 20 de noviembre de ese mismo año, era sospechoso de haber asesinado a 36 víctimas, todos ellos mujeres y niños. Su esperma, aunque no su sangre, sí era AB, y luego de alegar ser inocente, el 27 de noviembre acepto su responsabilidad en 53 asesinatos. Posteriormente guió a los investigadores a los distintos lugares con la esperanza de que el número de muertes lo convirtiera en un "espécimen de estudio científico".
Chikatilo fue puesto bajo tratamiento psiquiátrico, pero los médicos diagnosticaron que el asesino estaba legalmente cuerdo. El juicio de Andrei Chikatilo se iniciaba en abril de 1992, y duraría hasta octubre de ese mismo año. Los jueces no dudaron en anunciar el veredicto que habían nominado: el 15 de octubre de 1992 fue sentenciado a la pena capital, y fue ejecutado en la prisión de Moscú el 16 de febrero de 1994.

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