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sábado, 30 de enero de 2010

Terror en Columbine

Cuando me comencé a leer el artículo de la masacre del Columbine se me vinieron a la cabeza algunas imágenes, recuerdos, algunos de ellos interrumpidos por el sonido del teléfono y por la gente que entraba y salía de aquella oficina. Cuando se es joven uno piensa que las cosas jamás le sucederán a uno, por lo que resulta excitante tentar a la suerte que en la mayor parte de las veces tiene una monstruosa cara, el rostro de la mas real y terrible angustia.

Para mi concepto, la versión de Susan Klebold, no es la historia de una madre que busca justificar los actos de su hijo, es más bien el de una madre que en medio de su decepción y su dolor, por la muerte de tantos inocentes y por la muerte de su hijo, intenta infructuosamente de encontrar una explicación a lo que ella considera increíble e incomprensible.

Jamás había leído una confesión tan honesta y tan sincera de una madre que a pesar de amar a su hijo, no entiende cómo es que ese ser a quien ella crio pensando que lo convertiría en un hombre de provecho terminaría siendo el villano de la más dantesca masacre que jamás se hubiese llevado en un instituto educativo en Estados Unidos.

Pienso en Susan Klebold como una madre que en aquel artículo se debatía entre un amor intenso hacia su hijo, y al mismo tiempo un odio, no hacia Dylan, sino hacia el monstruo que en aquella oportunidad y hasta el final habito en él. Y de ningún modo busco justificar los actos que se llevaron a cabo aquella mañana, sino a entender, porque… ¿que llevo a Dylan Klebold y a Eric Harris a cometer tan atroz homicidio?


Todo evento como lo acontecido en el Columbine tiene su historia, que tal vez en el momento nadie la relaciona, pero sé que en cuanto lean esta teoría comprenderán que después de todo no es tan descabellada, y que de hecho es la teoría que mucha gente consideran como válida. Según testimonios de sobrevivientes, tanto Harris como Klebold no eran aceptados por muchos de los alumnos, ya que los consideraban “raros”, aunque no se bien en qué sentido.
Viendo videos caseros y la reconstrucción de los hechos, es obvio que estos jóvenes buscaban venganza, descargar toda aquella ira acumulada y materializarla en aquel crimen, dejando una huella imborrable, es decir, adquirir fama a través de una venganza.


¿Quiénes eran Eric Harris y Dylan Klebold? Quizás en vida fueron unos simples estudiantes de highschool, desubicados y confundidos, pero luego de aquel fatídico día se convirtieron en la avispa que mata y muere por su propio veneno. 

Era aquel 20 de Abril de 1999, en el instituto Columbine, situado en el Condado de Jefferson, Colorado (localidad cercana a las ciudades de Littleton y Denver). Todo parecía estar en completa calma, no habían señales que lo peor estaba a punto de acontecer.

11:09 am: la cafetería comienza a llenarse de estudiantes, era la hora de la comida. Muchas horas antes Harris y Klebold habían puesto una bomba de propileno en aquel lugar teniendo en cuenta que esa hora era muy concurrido. Dicha bomba no fue detectada por la gente de seguridad del instituto.
11:11 am: Brooks Brown, uno de los estudiantes ve a Eric Harris llegar al colegio. Anteriormente ellos habían tenido conflictos, pero en aquella oportunidad Brown corrió con la suerte que Harris le salvara la vida.
11:12 am: Aquella mañana Eric y Dylan llegan al instituto con un gran arsenal de armas.
11:16 am: Comienza el tiroteo, la primera víctima es Rachel Scott de 17 años, y comienza la más terrorífica hora del Columbine.
11:36 am: Mueren 15 personas, 12 estudiantes, el profesor Dave Sanders y los dos asesinos se suicidan a las 12:02 del medio día, no sin antes hacer estallar una bomba.
Los horribles eventos del Columbine levantan voces de preocupación en el mundo por el asunto del control de armas, y la violencia en las escuelas.

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