Crímenes sangrientos en los que el autor se creía un enviado de Dios para acabar con el mal. Extraños rituales realizados con el único propósito de asesinar inocentes. Hay dos casos que conmocionaron a la opinión pública española y a los residentes de Zaragoza (Com. autónoma de Aragón) y de Córdoba (Com. Autónoma de Andalucía). Dos exorcismos provocados por creencias mal fundadas.
--Exorcismo de Zaragoza:
El lunes 9 de Noviembre de 2009 unas extrañas voces sobresaltan a los vecinos de un inmueble de una urbanización de Zaragoza. Se oye un murmullo incesante como si alguien estuviera rezando y de fondo un llanto desconsolado. De pronto comienzan a escucharse unos golpes y unos gritos aterradores de mujer que van creciendo en intensidad hasta que se detienen de forma súbita. Los vecinos llaman a la puerta sin obtener respuesta asustados deciden pedir ayuda.
Durante horas un hombre ha tratado de librar a una mujer tailandesa de los malos espíritus que según ella, la invadían. La lucha ha sido dura y ha dejado rastros de violencia en la victima, pero todo ha salido según lo previsto. Ahuyentando al mal, será con agua helada lo que termine de purificar su alma. Cuando llega la policía el presunto exorcista no pone resistencia alguna. La joven se encuentra al borde de la muerte por hipotermia, mientras que los paramédicos intentan darle calor, las palabras del hombre dejan a los agentes con la boca abierta: La he salvado.
Es difícil saber lo que ocurrió en realidad en aquella casa ubicada en el centro de Zaragoza. La víctima no presento ninguna denuncia contra su agresor, solo demuestra un profundo agradecimiento por haberla salvado. El psiquiatra forense, Dr. José Cabrera, asegura que el exorcismo es quitar un mal, que los médicos no pueden, por medio de rituales, y esa puede ser la explicación del porque aquel hombre sometió a aquella joven tailandesa.
-- El Exorcismo de Córdoba:
La muerte por estacamento o empalamento solo se veía en la Rumanía entre los siglos VI y V a.c., provocado por creencias ancestrales. Córdoba a finales de la década de los 80´s es escenario de la noticia que el periódico español El Caso titulo como “Lo mató como a Dràcula”.
El 4 de enero de 1987, algo inimaginable aconteció en la calle cordobesa de San Eulogio.
La noticia se extendió por toda la ciudad aterrorizando a sus habitantes. Para Álvaro Rafael Bustos, vocalista del grupo de pop Trébol, no había ninguna duda, su padre se había apartado del camino del señor. Poco a poco el maligno se iba apoderando de su cuerpo, y solo había una manera de liberarlo, mediante un complejo ritual sangriento.
En los últimos meses a Manuel (el padre de Álvaro), la preocupación le impide concentrarse en su gran pasión, la música. Manuel Bustos había sido el director del conservatorio de música de la ciudad. Tras un efímero éxito con su grupo de pop Trébol, Álvaro se había encerrado en un mundo propio. Obsesionado con la lectura de libros de carácter religioso, demonología y guías de ciencias ocultas, y reacciona con agresividad si se le molesta.
El grupo de pop se desintegra, lo cual hace mella en Álvaro, transformándose, hasta adquirir una muy bien marcada doble personalidad. Luego de discusiones inútiles, Manuel se acuesta por última vez, mientras que su hijo lo dispone todo y se prepara para luchar contra el diablo que ha invadido el cuerpo de su padre, y sabe que debe ser minucioso. Cualquier error puede ser fatal y condenar a toda la humanidad.
Se cerciora de que les ha dado la vuelta a todos los espejos y evitar que el maligno regrese desde el otro mundo, y entra en la habitación a realizar su cometido. Se acerca sigilosamente a la cama donde yace su padre dormido, y de un preciso golpe le clava una estaca en el corazón. A continuación le corta los tendones de Aquiles como forma de un ritual vudú, para asegurarse de que no resucitara tal como lo reza la creencia vudú.
Álvaro no está convencido de que el demonio se haya marchado así es que lleva el cadáver hasta el carro. Su primer impulso es llevarlo hasta la finca de un amigo e incinerarlo, pero finalmente opta por vagar sin rumbo por la ciudad hasta el amanecer. Ninguno de los que conocían a Álvaro se imaginaba que el joven de 33 años pudiera cometer un crimen de ese calibre.
Al llegar a la policía, Álvaro relata con gran frialdad lo que había hecho, convencido de haber liberado al mundo de un ser demoniaco que se había apoderado del cuerpo de su padre. Fue ingresado a un centro psiquiátrico durante varios años luego que en el juicio se alegara enajenación mental.
El Dr. José Cabrera dice que la estaca de madera es una herramienta que según la Rumania del siglo VI a.c., no permite que ningún espíritu vuelva al cuerpo que había tomado antes. Cortar los tendones hace parte de unas creencias africana que no permitía al individuo resucitar, esto hacia parte de creencia vudú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.