En estos días de revuelo por los atentados terroristas en Paris y por las amenazas por parte de ISIS con atentados terroristas, muchos cristianos (católicos y protestantes) han rechazado que usen a Dios como excusa para asesinar. Es importante e imprescindible dejar claro que el dios que profesa el islam no es el mismo Dios que profesamos judios, cristianos y católicos. La propia Biblia corrobora esta realidad.
Antes que nada es importante definir un concepto: el islam. La palabra Islam, que Mahoma (su "profeta") utilizó para llamar a esta nueva ideología religiosa, literalmente significa "someter". Se trata de una palabra ampliamente usada (antes) de que Mahoma, con la ayuda de una de sus varias esposas, echaran a andar esta "religión".
Antes de que surgiera el islam existía la religión "Babilonica" que era politeísta, es decir que creía en muchos dioses, pero el principal de ellos era el dios Luna, y para el año 600, cuando se escribio El Coran, Ala era el nombre del dios Luna, el dios jefe de la tribu Quraysh en la ciudad de Meca. Es importante aclarar que los paises semitas (árabes y judios) se organizan política y socialmente en tribus y en el caso del pueblo arabe, antes del surgimiento del islam, cada tribu tenía su propio dios.
Para la tribu de Mahoma, los Qurays, el nombre Allah significaba abiertamente "el dios luna". Este era su dios, y convenientemente era el "jefe de los dioses", la familia de Mahoma adoraba a por lo menos otros 360 dioses adicionales. Mahoma entonces gracias a un mandato divino decidió destruir en la mente de sus seguidores todos los demás dioses y dejar solo al dios Luna.
Basándonos en este sencillo argumento histórico podemos ver dos cosas claras: El Islam es una religión "monoteísta", pero de una base idolátrica. Hoy más de un billón y medio de musulmanes adora a una diabólica creación llamada Alá, el dios luna. En el libro de Jueces (8:21) nos revela la historia de Zeba y Zalmuna quienes son asesinados por Gedeón y segun relata la palabra, toma los adornos lunas crecientes de los cuellos de los camellos.
Así como en el Antiguo Testamento, los seguidores de la media luna estaban en contra del pueblo de Dios y así será siempre. Más de 1000 años antes de Mahoma, ya La Biblia nos hablaba del islam. En el siglo VI antes de Cristo el profeta Ezequiel describe en detalle los ejércitos de Satanás, provienen de países que se llaman Magog, Rosh, Persia, Mesec, Tubal, Etiopia, Fut, Gomer y Beth Togarmath. Hoy en día estos países incluyen a Turquía, Irán, Siria, Libia y/o Eritrea, Pakistán y Afganistán.
Por otro lado en la Meca existe una piedra negra llamada la Kaaba que es un lugar sagrado para el islam, en La Biblia esta piedra es la imagen de Satanas y la relaciona con la diosa Artemisa y en efecto la Kaaba en su interior tiene la forma del órgano reproductor femenino. Durante la peregrinación del Hadj los musulmanes besan, frotan y acarician la piedra negra. Esto es nada menos que ¡la adoración de ídolos!
Existen muchas señales que nos indican que Ala y Jehova no son los mismos: Alá cambió su mente cientos de veces durante más de 23 años (llamado abrogaciónes), mientras que el Dios de la Biblia fue constante a lo largo de 1400 años. Jesús enseñó a amar a tu enemigo, donde Mahoma enseñó a ser despiadado y combatir a los infieles hasta que se sometan y hasta queel Islam sea la única religión. Jesucristo fue seguido por amor y Mahoma fue seguido a usando el terrorismo y el miedo.
Por un lado La Biblia dice que la salvación viene solamente a través de Jesucristo (Juan 14:6, Hechos 4:12), mientras el Corán dice que sólo a través del Islam (obediencia a Alá y su profeta Mahoma) puede evitar que uno sea abrazado en llamas. (Corán 3:85; 48:13). Tambien podemos ver como El Corán niega la muerte y resurrección de Cristo.
Varios pasajes en el Corán (Sura 4:155–159) dicen que Alá hizo aparecer a los judíos como si Jesús hubiese sido sacrificado, mientras tanto, Alá llevó a Jesús al cielo El Corán niega la union hipostática, es decir, que Dios es trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo): Los musulmanes no se dirigen a Dios como Padre, creyendo que ningún hombre puede ser un ‘hijo’ de Dios.
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