El primer odio en masa que existio fue el odio a los judios, un odio que en su momento solo tocó a esa comunidad de perseguidos pero que a día de hoy son considerados perseguidores. Hoy el odio alcanza a tocar a Europa, a los americanos, pero es el mismo odio. Esa pregunta de "¿porque se odia a los judios?", sigue vigente en pleno siglo XXI, en un mundo tan fragmentado por la diversidad de credos e ideologias. Quiero compartir algo tan real como inspirador que encontré y que hace referencia al tema.
Lo odio porque triunfó donde los demás fracasamos
porque sobrevivió donde muchos nos extinguimos
porque representa mis dudas si su verdad o la mía es la voluntad divina
porque no puedo razonar con él, se que tiene razón pero no puedo admitirlo
porque quisiera ser como él pero temo me rechace
porque soy cobarde y prefiero ser de los miles de millones que lo odian
a ser de los pocos que los apoyan y defienden contra viento y marea
lo odio porque no lo conozco y no lo entiendo
porque su pensamiento y razonamiento me son tan extraños
porque se aman laicos y religiosos, blancos y negros, ricos y pobres
porque acusados de la ley del talión nunca los he visto practicarla
lo odio porque así justificando todo de lo que lo acusan me siento superior
porque admitir lo que son me hace sentir inferior
lo odio porque es ese amor imposible que nunca se fijaría en mi
pero cada vez que me acerqué a él vi una mano tendida y unos ojos generosos
Veo un pueblo unido, pujante y vital resurgiendo de sus montañas de cenizas humeantes,
veo su tierra volviendo a la vida tras milenios de aridez,
veo la mano de Dios en cada una de sus batallas...
Lo odio porque quisiera ser uno de ellos...pero no me atrevo...
Iosef Neira
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