Cyberbullying: El delito del siglo XXI

Dicen por ahí que cuando nacen avances nuevos, nacen también delitos nuevos. El Internet es una herramienta esencial en nuestros tiempos, pero el descuido de muchas personas es un gancho para que delincuentes entren en acción. Poner fotos, información aparentemente sin importancia puede ser usado por los acosadores cibernéticos en el ejercicio de ese delito propio del siglo XXI.  El cyberbullying se ha convertido en un grave problema gracias a que el uso redes sociales y aplicaciones de mensajes móviles ocultan la identidad real de los acosadores, que llegan a ser abusivos y crueles. El cyberbullying es más que un correo electrónico simplemente, el abuso puede  llegar a fotografías y paginas de Internet falsas con el único objetivo de perjudicar y calumniar a su victima. 

El cyberbullying es mas frecuente entre los jóvenes en edad adolescente, ya que el acoso físico no resulta suficiente para los acosadores estudiantiles, sino que tienen que recurrir a los avances tecnológicos. En los últimos tiempos este tipo de delito se ha ido multiplicando, ya que el acceso a smartphones (o celulares inteligentes) y mensajería instantánea y la enorme viralidad que aportan los grupos que se forman han ayudado a ello. Para muchos adultos que no comprenden la magnitud de este problema, que un joven sea victima de un acosador no solo en el colegio sino también a través de las redes sociales y de la mensajería instantánea, puede resultar algo propio de la inmadurez y del comportamiento irresponsable, terminan justificando al joven.

Existen muchos casos en donde el buen nombre de una persona se ven manchados por fotos retocadas y chismes, y en muchos casos lo que puede parecer a simple vista como una travesura sin importancia termina en tragedias. Existen una cantidad de ejemplos del cyberbullying, pero uno de los más frecuentes es etiquetar fotos en las redes sociales, hacer comentarios peyorativos con el objeto de humillar y convertir en el centro de mira, además de colgar fotos o videos desagradables donde la dignidad de una persona se vea en entredicho. El ciber-acoso es un delito penal tanto en mayores de edad como en menores de edad, y según el código penal de muchos países están definidas así porque las personas son victimas de amenazas, coacción e injurias.

Delitos relacionados con el Cyberbullying

Child Grooming, hace referencia a una serie de conductas y acciones donde a través de las redes sociales y/o de la mensajería instantánea un adulto busca ganarse la amistad de un menor de 13 años creando una conexión emocional con el mismo en donde pueda poner  la integridad de la victima peligro o abusar sexualmente de él. En muchos casos el Grooming (como también se le conoce) puede tener como objetivos la prostituciòn infantil o la producción de material pornográfico. 

Sexting o la Sextorsión, que consiste en el envío de fotografías y videos de contenido sexual normalmente grabadas o tomadas a través de dispositivos móviles, y puede darse entre mayores de edad como entre menores de edad. Las jóvenes, en su gran mayoría menores de edad suelen entrar a distintas salas de chat con el objetivo de conocer a alguien, por lo que entra vulnerable y confiada. El acosador le pedirá a su futura victima cosas sin mucha trascendencia, pero, en lo que avanza la charla, irán en aumento sus exigencias. En muchos casos estas jovencitas ingenuas se harán videos comprometedores restándole importancia, sin imaginar siquiera lo que esta persona piensa hacer con ese material. Cuando esta chica descubre las intenciones de su acosador, comienzan las amenazas con divulgar imágenes comprometedoras de la persona si no le da a cambio dinero o si no le envia otro material igualmente de comprometedor, mismo que piensa divulgar para hacer del acoso una pesadilla sin final.

Consecuencias del Cyber-acoso

Para entender mejor las consecuencias del ciber-acoso hay que comprender que están clasificadas en dos: a corto plazo y a largo plazo.

 A corto plazo

La crueldad particular del ciber-acoso es cuando esta colgado online esta todo el tiempo a merced de cualquier persona, es decir que en cualquier momento, cualquier persona puede tener acceso a las fotos o videos que el victimario haya montado. Aunque la victima o el acosador apaguen el celular, o cualquier dispositivo, el acoso sigue estando presente. Los daños psicológicos que este tipo de acoso pueden ocasionar son realmente catastróficos, ya que esta violencia sistemática puede ocasionar efectos que traen consigo graves problemas. Las personas agredidas pueden llegar a padecer desde estrés, ansiedad, ira, impotencia, perdida de la confianza en si mismos, baja autoestima, temor a salir a la calle, depresión, y en pocas ocasiones pueden padecer enfermedades físicas.

A Largo Plazo

Información tal como, fotografías vejatorias, no solo provoca consecuencias psicológicas a largo plazo sino que pueden afectarles en un futuro a la hora de buscar empleo. Las personas que han sido victimas de este tipo de acoso a largo plazo tienen secuelas emocionales, cambios de personalidad característicos del estrés postraumático, así como dificultades a la hora de relacionarse y llegan a sentirse exiliados de la sociedad, y en casos muy extremos se ha llegado al suicidio. No solo la victima sufre por las consecuencias, el acosador entra en un círculo vicioso que destruye sus valores ya que este acoso se convierte en su manera habitual de conseguir sus objetivos, y son potenciales futuros delincuentes, en donde lo que antes era una broma cibernética en una cruel realidad física.