Cada hombre tiene su propio modo de ver, su lente personal.
Algunos vemos con los ojos, otros con las manos, otros con los oídos.
En muchas ocasiones la vista no es suficiente para apreciar
la naturaleza que tiene su propia voz. ¿Porqué usar un solo sentido cuando
tenemos más? Mirco Mencacci es uno de los más talentosos y reconocidos
editores de sonido de cine del mundo, siendo muy niño era ya un apasionado por
las películas de vaqueros y aventuras. A raíz de un accidente, su feliz vida
cambia cuando, jugando con un viejo rifle, es herido de bala en la cabeza y,
aunque salva su vida, pierde la vista. La legislación italiana durante la
década de los 70's consideraba a los ciegos seres discapacitados y no les
permitían ingresar a escuelas públicas, por lo que la única solución que
planteaba el sistema para su educación era la asistencia a un internado con
niños con ceguera, los cuales recibían clases especialmente pensadas para su
condición y los formaban en uno o dos oficios. Se consideraba que sólo
podían ser útiles como operadores de teléfonos o tejedores. Se los apartaba
de su familia y la escuela tenía una fuerte impronta religiosa
Entonces su existencia dará un giro cuando halla una vieja
grabadora de cinta y descubre que empalmándola puede crear cuentos de hadas
sólo a partir de los sonidos. Tanto para Mirco como para los demás chicos las
cintas repletas de sonido, poesía y magia que transforman sus oscuras
existencias donde los sonidos son protagonistas, en donde en una secuencia de
sonidos donde pasa del invierno hasta el verano quedan grabadas con coloridas
tonalidades en aquella vieja grabadora lo cual sería el punto de apoyo que le
permitirá a Mirco hallar, con el paso del tiempo, su oficio de sonidista en
numerosas producciones italianas.
El director italiano, Cristiano Bortone, en su película,
Rojo como el cielo (Rosso come il Cielo) nos muestra niños llenos de vida y de
creatividad, además se observa lo negativo de su exclusión, la necesidad de
participar de entornos de la comunidad, de compartir con niños de su edad que
tenga la capacidad de ver y el positivo intercambio que se produce cuando se
ponen en juego valores como la solidaridad.
La discapacidad de Mirco es una condición de vida y no una
fatalidad y que las adecuadas experiencias escolares acordes a sus inquietudes,
son las que le permitirán descubrir su verdadera vocación.
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