
Aquellas personas que habían caído en el agua sin saber nadar y era sacado medio muerto, había que realizarle de forma urgente una serie de primeros auxilios. El manual de aquella época decía:

- Rasgar las vestiduras del accidentado y enjugar o secar su cuerpo con franelas.
- Tenderlo cerca del fuego e introducir aire caliente por su boca mediante una cánula.
- Al mismo tiempo hay que introducir humo de tabaco por su ano mediante una máquina de fumigar o fuelle, y en caso de que no se dispusiera de tal artilugio, se utilizarían un par de pipas de fumar. (Supongo que por eso casi todos marineros fumarían en pipa).
- Hecho esto, se darán al ahogado gotas de agua de toronjil (hierba olorosa usada como remedio terapéutico para apaciguar los nervios, también se suele utilizar para aplacar cólicos digestivos), y se aplicarán a las plantas de los pies ladrillos calientes al tiempo que con una pluma de ave se le estimulará el interior de la boca”

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