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jueves, 21 de junio de 2012

El Asilo abandonado de Pennhurst



Se trata de un hospital ubicado en la ciudad de Spring City en Pennsylvania construido el primer edificio en 1903 y el segundo edificio en 1921 y se abierto al público en 1908. Este asilo se encontraba ubicado en una zona conocida como Crab Hill, y abarcaba un área de 1.400 hectáreas y varios edificios totalmente independientes. La institución contaba con su propio centro de bomberos, almacén, peluquería, una planta generadora de electricidad y fincas que le abastecían de comida, una amplia biblioteca, un estudio de arte, gimnasio y sala de juegos.
 El objetivo de este asilo era dar hogar a aquellos que tenían limitaciones físicas y mentales y brindarles un tratamiento de rehabilitación. Pero pronto todo aquel que no se salía de la normalidad era catalogado internable, no solo personas con retraso mental, sino también niños superdotados, personas con epilepsia malformaciones físicas, problemas motores. Con el tiempo llegaron a recluir a cualquier persona que causara problemas o se considerada anormal.  No era un hospital psiquiátrico pero a la larga eso fue en lo que se convirtió. 
Los pacientes en su mayoría eran jóvenes, aunque había personas de edad avanzada. Para distinguir a los pacientes entre ellos tenían una jerarquía dividida en tres grupos: 
  • Retrasados entre los 70 y los 50 años
  • Imbéciles entre los 49 y los 20 años
  • Idiotas por debajo de los 20 años
El asilo de Pennhurst era considerada una institución bastante avanzada para la época. A principios de siglo la creencia que la mente humana podía curarlo todo estaba muy extendida. Este hospital contaba con 300 camas y una capacidad para 3.500 internos, y en poco tiempo, el lugar comenzó a quedar pequeño y los pacientes desatendidos, y comenzaron a presentarse serios problemas, ya que la intención de esta institución era la rehabilitación de todos los pacientes pero no tenían los medios suficientes; los enfermos eran muchos y los salarios muy bajos y las horas de trabajo excesivas. 
En 1946 había solamente siete médicos para atender a 2.000 pacientes llegando a los 3.500 en 1955. Para esta época este tipo de instituciones no tenían la función de curar sino de encerrar para aislar a los internos de la sociedad, sufriendo por esto no solo los internos sino también el personal, lo que hizo que el ambiente fuese de pesadilla. Pronto los edificios fueron quedando en un abandono casi total puesto que no había medios ni de personas ni económicos.
En 1977 se declaro a la institución de violar los derechos humanos, ya que los internos eran víctimas de abusos, palizas, periodos de aislamiento, abandono por parte del personal. Entre muchas medidas que tomaban en este lugar, está la de arrancarle los dientes. Cuando un niño mordía a otro, se le daba un aviso, y si lo volvía a morder, se le arrancaban todos los dientes. 
La situación fue denunciada por el periodista Bill Baldini de la NBC con un documental titulado “Dejad a los niños, dicho documental inicio un escándalo de proporciones mayúsculas. Los internos fueron trasladados y los edificios fueron abandonados con excepción de la central que se utilizo como hospital para los veteranos de guerra. Es en 1987 cuando se decide cerrar el hospital de forma definitiva. 





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