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jueves, 31 de mayo de 2012

La línea entre lo delicado y lo grotesco


Se trata de un ceramista americano llamado Justin Novak. Este artista, cansado de los convencionalismos decidió dar su propio toque a su obra en cerámica intentando poner un equilibrio entre lo delicado y lo grotesco. Novak fue ganador de muchos premios, además de desempeñarse como docente de diseño de comunicación en la Universidad de Nueva York entre 1997 y el 2000, y desde entonces docente de cerámica en la Universidad de Oregón.
Siendo un referente en artes visuales, Novak ha dado un giro al tradicional trabajo en cerámica y con su obra “Disfigurines”, presenta heridas físicas de sus figuras como metáforas de la autoestima y el daño psicológico que cobra cada día más presencia en nuestra sociedad. El propio Novak dice de este trabajo lo siguiente:
“El papel histórico desempeñado por la cerámica ha sido una encarnación de la corriente principal, la ideología burguesa, y por esta razón, se emplean en la presentación de una visión alternativa estas irónicas estatuillas o” disfigurines. Esta subversión  es un examen al conformismo, que se manifiesta en la figura tradicional, sobre todo como modelo de comportamiento con respecto a la clase y de género. La delgada línea que existe entre el buen gusto y lo grotesco es precisamente el ideal en el que me concentro para trabajar. Es en la tensión inquietante entre los dos, la seducción y la repulsión habitan el mismo espacio, y ambos se ponen al descubierto.”

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