Si bien es cierto, el aspecto físico no define a las personas, pero la preparación intelectual hace una diferencia entre el que es apto para algo o simplemente no lo es. No pude seguir la Cumbre de las Américas como me hubiese gustado, pero he revisado cada uno de los artículos y videos de YouTube que han dedicado especialmente al tema. Ningún ciudadano esta conforme con su presidente, eso no es un invento nuevo, eso es algo característico de la historia de las naciones, pero uno revisa las hojas de vida de los presidentes y todos han tenido profesiones, especializaciones, son gente leída y estudiada, aunque en el ejercicio de su carrera presidencial no sean lo que nosotros como ciudadanos esperamos.
Un presidente con estudios no es garantía de un excelente gobierno, pero siempre es garantía de un buen discurso a nivel nacional o ante personalidades internacionales, sintiéndonos seguros de que aquel que hable en representación del pueblo lo hará bien. De esto Colombia ha tenido garantías con todos los presidentes incluyendo al presidente Juan Manuel Santos, independientemente de las simpatías que sintamos hacia él. El siglo XXI, nos sorprendió al mundo entero, pero en especial a los latinoamericanos con dos personajes por demás pintorescos, criollos, que como ciudadanos del mundo nos han hecho reír, pero a su país lo ha humillado y avergonzado de la forma más profundo. Creo que no hace falta profundizar en la descripción de estos dos personajes capaces de avergonzar tan terriblemente a uno de los países de Latinoamérica con un prometedor futuro y que a causa de una mala decisión ha caído en picada.
Sin duda alguna, Venezuela tenía un futuro prometedor, pudiendo haber sido una potencia en Latinoamérica, ahora su nombre ya no tiene el mismo efecto que años atrás, cuando al oír a Venezuela pensábamos en la bellísima Colonia Tovar, en la hermosa ciudad de Caracas, en su bella música, la música de Simón Díaz, hoy, pleno siglo XXI, Venezuela está bajo el yugo de ese fantasma infernal llamado Hugo Chávez, y su aprendiz, que más bien parece una meretriz que hace unos días, en la Cumbre de las Américas puso una vez más en ridículo a nuestro querido país hermano, Venezuela. Y digo querido, porque eso es lo que son para los colombianos, un hermano querido que está padeciendo las consecuencias de una estafa ideológica y política, porque ese hermoso pueblo vecino llamado Venezuela es víctima de la ignorancia mas brutal de los tristemente famosos chavistas.
Un presidente, si es que merece tal título, que seguro no termino el jardín infantil, que tras jugar con sus carritos de madera, comenzó a conducir buses en las calles de Caracas, se presenta ante los presidentes de este lado del mundo, hablando un idioma que no conoce, y que lee lo que entiende, o mejor dicho lo que mal entiende, no me hace sentir pena o lastima por él (Nicolás Maduro), porque considero que ni eso merece, me hace mas bien sentir una profunda pena, y sobre todo un profundo dolor por todos aquellos venezolanos de bien, que merecían algo mejor que lo que tienen, algo mejor que ese personaje patético e indigno que lleva en su pecho (sin merecerlo siquiera) la banda presidencial. Siento además un profundo temor por el futuro de todos aquellos que a causa de la injusticia, las violaciones de los derechos humanos están pagando carcel solo por ejercer su derecho a la oposición (Leopoldo López), y por supuesto, también siento temor por el futuro de mi país, ante un presidente vecino que le está abriendo las puertas al terrorismo islamico, a ese terrible monstruo que es una amenaza no solo para Venezuela, sino para Occidente.
Ya no se trata solo de una cuestión de dignidad nacional de un país, sino de peligros que sobrepasan las fronteras de lo imaginable, que ponen en peligro las libertades de Occidente, que significarían un atraso brutal si esa cultura antigua llegase a pasar de ser una minoría inofensiva para ser una mayoría peligrosa. El régimen chavista no solo trajo desastres a Venezuela, sino que es, aunque el propio presidente Nicolás Maduro quiera negarlo, una amenaza para la seguridad nacional no solo de Estados Unidos, sino de todos los países vecinos. El problema no es Venezuela, el problema fue y es Hugo Chávez y su legado, el problema es Nicolás Maduro, el problema es aquellos que apoyan el régimen chavista.
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