Hacen parte de nuestra rutina, simplifican nuestra vida. Nos acompañan en todo momento al desempeñar nuestras tareas cotidianas y están presentes incluso cuando concluye el día. Llegamos al mundo tan desnudos de ellas y nos iremos del mundo igualmente pero ellas están ahí, y nos resultan tan familiares que rara vez nos detenemos a pensar en su origen y que fue lo que paso para que estos objetos existiesen. Todos estos objetos tienen su historia, porque son la materialización de ideas y necesidades de la persona o las personas que los crearon. Quiero compartir las historias de algunos de estos objetos que tan útiles son para nuestra vida diaria, y cuya historia casi que prácticamente desconocemos.
Desde el año 3000 a.C existieron las formas más primitivas del cepillo de dientes, desde varas pequeñas o tallos de plantas delgadas que se frotaban contra los dientes para eliminar restos de comida. En China, a finales del siglo XV aparecieron cepillos elaborados con huesos y bambú cuyas cerdas eran los ásperos cabellos tomados de la parte posterior del cuello del cerdo o del jabalí. Este tipo de cepillos fueron usados hasta 1938 cuando la compañía Dupont de Nemours introdujo el modelo con las cerdas de nailon, mejor conocido en aquel entonces como el cepillo milagroso del Doctor West. Los soldados aliados en el marco de la II Guerra Mundial fueron los primeros en usar este tipo de cepillos, sus estrictas costumbres higiénicas influyeron en la sociedad estadounidense. En la posguerra el moderno de pillo se extendió a lo largo y a lo ancho de ese país norteamericano y de allí al mundo occidental.
En el año de 1635 jinetes croatas llegaron a Francia con el objetivo que ofrecer su apoyo a Luis XIII y al cardenal Richelieu. Los jinetes llevaban alrededor del cuello vistosas y elegantes mascadas de distintas telas y colores que llamaron la atención de los franceses. En 1650 durante el reinado de Luis XV las cravate (derivación de croata) se pusieron muy de moda en la corte, y el rey Carlos II introdujo esta moda a Inglaterra, y se fue difundiendo por Europa hasta llegar a América. Hasta la fecha las corbatas más finas del mundo se compran en Zagreb y están hechas en seda italiana.
Pocos son los objetos que tienen un potencial como lo es el lápiz de grafito. Este instrumento permite realizar ideas, imágenes y pensamientos sobre diversas superficies, en especial el papel. Poco antes de 1665, un enorme depósito de grafito fue descubierto en Seathwaite Fell, Inglaterra. Los lugareños descubrieron que era muy útil para marcar ovejas y así se hizo posible la producción de lápices al mismo tiempo que el suizo Conrad Gesner sugirió la inserción del grafito en un portaminas. El perfeccionamiento de los lápices avanzo a pasos agigantados en el siglo XIX.
A principios del siglo XX era muy común que el pan tostado se hiciera con una plancha. Durante la I Guerra Mundial Charles P. Strite, mecánico de una planta de Stillwater en Minnesota pensó en un recurso que simplificara esta tarea de las amas de casa y los restaurante por lo que diseñó una tostadora con un temporizador integrado y un sistema de resortes que expulsada la rebanada una vez esta estuviese lista. En 1919 Strite solicito la patente de su invento. En 1926 el Toastmaker, basado en el diseño de Strite creo una nueva generación de aparatos eléctricos de cocina y ya en 1930 se comenzó a vender el llamado pan de caja que tenia el tamaño estándar de las rebanadas.
Para las amas de casa la licuadora es uno de los recursos inventor de la batidora de vaso, inicialmente conocida como vibradora, fue Stephen J. Poplawski, un norteamericano de origen polaco, radicado en el estado norteamericano de Wisconsin, que ya en su infancia mostró una obsesión por inventar dispositivos destinados a la mezcla de bebidas.En el año 1922, tras 7 años de experimentación, Poplawski patentó una licuadora, y anotó que era el primer aparato mezclador que tenía un elemento agitador montado en el fondo de una taza, y que mezclaba bebidas malteadas cuando la taza se situaba en una cavidad en la base del aparato. Poplawski, en el año 1953, durante un litigio de patentes, dijo que en el año 1922 no pensaba en la licuadora para la maceración de frutas y verduras, pero sí como triturador de alimentos.
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