La verdadera historia de Sweeney Todd

 Ha inspirado a directores de teatro y de cine desde hace más de 100 años. Sweeney Todd vivió durante el Londres Victoriano del siglo XIX. Sweeney Todd fue un asesino serial responsable de 160 crímenes horrendos convirtiéndose en una leyenda especialmente en los musicales de Broadway y más tarde en la pantalla grande en varias ocasiones, la última versión protagonizada por Johnny Deep y dirigida por el excéntrico director hollywoodense Tim Burton. La historia de la existencia de Sweeney Todd no ha sido aun comprobada a pesar de que se han hablado de sus crímenes, pero es en el año 2007 cuando el periodista Peter Haining publico el libro “Sweeney Todd: The Real Story of The Demon Barber of Fleet Street” donde habla de pruebas encontradas que corroboran la existencia de Todd. 

 Fue Londres la ciudad que vio nacer a Sweeney Todd en 1748. Su padre era un trabajador de seda que vivía la mayoría del tiempo borracho. Para aquella época la ciudad era muy peligrosa sobre todo para los más necesitados debido a que la zona estaba plagada de enfermedades. Siendo muy niño Sweeney comenzó a trabajar con sus padres durante largas horas. Teniendo 13 años fue abandonado por sus padres quienes habían desaparecido misteriosamente, muchos historiadores señalan que posiblemente los padres de Todd fueron colgados cuando buscaban alcohol, pero también pudo haber sido por el fuerte invierno que azotaba Europa durante 1760 y 1761.

 Al verse solo se ve involucrado en la delincuencia y a cae preso a los 14 años en la prisión de Newgate acusado de robo. Durante el tiempo que paso en Newgate se convirtió en aprendiz de barbero gracias Elmer Plummer. Era muy común en el Londres de aquella época que los barberos tuviesen conocimiento de anatomía e inclusive que participaran en intervenciones quirúrgicas. Al quedar en libertad Todd puso su barbería en la calle Fleet, y a partir de aquella misma época comienzan a desaparecer personas de forma misteriosa y todo señalaba a la barbería de Sweeney Todd y los rumores fueron tomando cada vez más fuerza, pero no existían evidencias de la relación entre las desapariciones y la barbería de Todd. 

 A pesar de que no existían pruebas fotográficas de Sweeney Todd, la prensa británica lo describía como un individuo pelirrojo, de rostro pálido y facciones atemorizantes. Durante su tiempo en la cárcel Todd había desarrollado un odio tremendo contra la gente pudiente, por lo que se le hacía fácil liquidar a cualquier aristócrata que iba a su negocio a afeitarse. El cliente entraba en confianza y con la cuchilla de afeitar los degollaba, y luego arrojaba el cuerpo inerte de su víctima al sótano de su negocio, no sin antes quitarles sus pertenencias de valores. La labor de esconder los cadáveres se fue complicando cuando Todd comenzó a frecuentar a Margery Lovett, quien había sido su amante, y en poco tiempo se convirtió en cómplice de los crímenes de Sweeney. Con Lovett, Todd había cambiado su modus operandi, en esta ocasión puso una pastelería que se conectaba con la barbería a través de un túnel subterráneo y comienza a disecar los cadáveres que terminaban convertidos en pasteles de carne que vendía la señora Lovett, teniendo gran éxito y popularidad.

Poco tiempo después un fuerte hedor comenzó a salir de las catacumbas alertando a la policía. Luego de una minuciosa investigación se hallaron las pieles y los huesos que aquella pareja de asesinos habían escondido, por lo que los rumores acerca de las personas desaparecidas ya tenían fundamento, por lo que decidieron investigar en la barbería y hallaron los cadáveres amontonados en los túneles, y a los pocos días Margery Lovett y Sweeney Todd fueron atrapados y los vecinos trataron de lincharlos. La señora Lovett se suicido antes de ser juzgada, y Sweeney Todd fue sentenciado a muerte. A los 54 años, el 25 de enero de 1802, el barbero de la calle Fleet fue colgado. Su historia a partir de ese momento se convirtió en leyenda.