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martes, 2 de agosto de 2011

Alucinante

 Navegando un poco en el maravilloso mundo del ciberespacio encontré una serie de casos en realidad sobrecogedores que nos demuestran que la naturaleza tienen leyes que los seres humanos no podemos ni podremos entender; se trata del lado bizarro de la realidad. La célebre frase del poeta francés Paul Éluard “Hay otros mundos, pero están en este...”, encaja a la perfección a la hora de definir muchas cosas, incluso el misterio. El mundo siempre ha sido un lugar extraño, y esa extrañeza nos fascina y a veces nos repele a un tiempo. Instituciones como los circos de monstruos y fenómenos, genialmente retratados en la película "Freaks" de Tod Browning, se basaban en esa fascinación.
 Lo extraño, lo grotesco a veces, no está desterrado de nuestro mundo ultratecnificado, más bien al contrario. Internet consigue que lo que hace cien años hubiera sido una mera anécdota pueblerina adquiera tintes y casi categoría de suceso global. El observador atento puede encontrarse cada día con un buen puñado de ejemplos de noticias, imágenes e historias que, a pesar de ser inequívocamente reales, nunca alcanzarán el Olimpo de los grandes medios de comunicación, temerosos de perder su cada vez más precario marchamo de rigor y seriedad.
1. Un pezón en la planta del pie: se trata del caso de una joven mujer de 22 años de edad, quien luego de notar un pezón completamente formado, que crecía en la planta de su pie izquierdo. Este pezón con todas las características, areola, las glándulas de pelo, sudoríparas y sebáceas, tratándose del primer caso de pseudomamma en este lugar inusual. 
2. El tiburón ciclope: Como si hubiese sido sacado de la ciencia ficción en las costas mexicanas apareció un tiburón ciclope, que despertó el interés de los científicos. Se trataba de un feto ciclope de tiburón que al ser removido de su madre falleció. Si el tiburón ciclope hubiese sobrevivido. 
3.  La capacidad del cerebro humano: ha habido quien se ha quejado de que la red social Facebook solo admita, como máximo 5.000 personas, pues bien, nuestro cerebro es mucho más selectivo y nos impone un límite bastante realista y racional: 150. Un grupo de investigadores de la Universidad de Indiana, consiguió a través de un estudio, corroborar la teoría que el antropólogo británico Robín Dunbar a inicios de la década de los 1990: el cerebro humano solo puede  retener un máximo de 150 amigos. 

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