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jueves, 10 de diciembre de 2009

Vampiros en Los Andes





En 1976, en la pelicula filmada en Argentina, El Ángel de la muerte, lleva como eslogan Filmada en Sudamerica donde la vida es barata. Y quizás suene macabro, pero lo es más aún un caso que se mantuvo en el mas sepulcral secreto. Podriamos relacionarlo con Francisco de Leona “El Sacamantecas” y con Enriqueta Marti “La Vampira de Barcelona” en 1910 y 1912 respectivamente.

21 de Noviembre de 2009
La Policia Nacional del Perú confirma la detención de una banda de asesinos que traficaba con grasa humana.

25 de Noviembre de 2009
El programa español Cuarto Milenio obtiene informes y analisis policiales que no se publican en ningún medio de comunicación.

1º de Diciembre de 2009
Estalla la polémica. El presidente de la región asegura que todo es una patraña y que estos hechos jamas han ocurrido. Varios miembros de la policia son apartados de la investigación. 




Se habian hablado, primero de 5, luego de 7 y finalmente de 24 victimas. Tal como sucedió al principios del siglo XX con Enriqueta Marti y Francisco de Leona, la grasa humana esta comercializada y muy bien pagada. Según los informes policiales la banda contaba con un instrumento mécanico, que era operado por el lider de la organización, Hilario Gudeño.

Todo consistia en una caja un poco mas pequeña que la pasta de un cuaderno, que tenia dos mandos o botones en la parte superior. Una vez que era ubicada la victima, activaban los botones y salia un cable acerado que en la punta llevaba una especie de boomerang que decapitaba a la persona. El cuerpo despues de dos o tres segundos caida al suelo luego de desplazarse unos cuantos pasos.

Los miembros de la banda esperaban a que se desangrara completamente y procedian a llevarlo a la espesura de la selva donde en forma muy rustica armaban un tripode con las mismas ramas que hay en la selva y colgaban el cadaver en un gancho en la parte posterior, succionandole los miembros superiores e inferiores de la persona de tal manera que dejaban solamente el tronco, abrian el torax y sacaban todas las viceras. Era algo asi como preparar un pollo.

Una vez estraidas todas las viceras, el cuerpo inerte era lavado con agua y un acido desconocido, de tal forma que la sangre era eliminada por completo. Una vez terminada esta labor, colocaban unas velas para darle calor al cuerpo y de esta forma agilizar el proceso de extracción de la grasa, la cual era recibida en un recipiente que estaba en la parte de abajo.

Según fuentes policiales, los miembros de la banda (con excepción del lider) caen cuando la policia hace un control rutinario en las carreteras. Paran una camioneta que llevaba una gran cantidad de botellas con un liquido que llamo la atención de los agentes. Estas botellas son llevadas a un laboratorio y es cuando se descubre que es grasa humana y estalla aquel escandalo.

Dos italianos son  detenidos como sospechosos de estos asesinatos. Según Octavio Salazar, Ministro del Interior del Perú, ya se han dado a conocer nombres de posibles compradores. Tambien se cree que en los últimos 4 años han muerto aproximadamente 60 personas. Hilario Gudeño, de 50 años asegura que tiene 30 años realizando este ritual que suelen practicar los Pishtacos, que son rituales ancestrales y que tanto su padre como su abuelo lo habian practicado con anterioridad.


Según informes policiales, el litro de grasa humana se vendia entre 5000 y 6000 dólares americanos, y por tener según los Pishtacos “beneficios inmediatos” estos productos era muy bien vendidos en los paises europeos. El psiquiatra forense Dr. José Cabrera asegura que esta grasa no es la misma de la liposuccion, sino que se trata de acidos grasos puros o grasa animal. Hay que dejar claro que no hay testimonio alguno de personas beneficiadas por este macabro producto.

El verdadero valor del producto no solo era la grasa en si, sino todo el ritual magico que se hacia alrededor de él. Este producto era preparado a la antigua usanza. Los Pishtacos eran considerados en Perú como un mito, pero a raiz de lo ocurrido es evidente que si existen, y que la grasa que ellos comercializaban era usada para la brujeria y ritos satanicos.

Según Tauro del Pino, en su diccionario enciclopedico del Perú, Pishtacos es un bandolero cuya ocupación es asaltar mujeres u hombres solitarios. Deguella a sus victimas para comer su carne en forma de chicharrones y vender la grasa. 




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