Gran Huracán
Se cree que el peor huracán de la Historia en la vertiente atlántica es el llamado huracán San Calixto, que entre los días 10 y 16 de octubre de 1780 arrasó la Isla francesa de Martinica, la inglesa de Barbados y la holandesa de San Eustaquio. Sus vientos llegaron a alcanzar los 320 km/h (para los que se entiendan mejor en millas, 200 mph), dejando 27.500 muertos principalmente en el mar, entre las flotas que surcaban el Caribe entonces: la española, la holandesa, la francesa y la inglesa.
El origen se sitúa en las Islas de Cabo Verde y en dos días llegaría a Barbados. Se decía que el viento era tan violento que arrancaba las cortezas de los árboles antes de partirlos en dos, algunos con sus raíces levantadas de la tierra. No quedó ni una sola casa en pie y muchas de ellas eran de piedra.
Una flota inglesa que se dirigía a la zona desde Nueva York, formada por doce navíos de guerra, perdió ocho y el Puerto quedó completamente destruido, incluso los barcos se desenganchaban de las amarras y destruían todo a su paso como el Hospital. Tal fue la destrucción que, días después, un explorador enviado para evaluar los daños creyó que el huracán debió ir acompañado de un terremoto pues había numerosos corrimientos de tierra.
En la Isla de Martinica no se corrió mejor suerte ya que murieron 9.000 personas y las olas superaban los siete metros de altura. San Eustaquio sufrió otros 4.500 muertos quedando igualmente devastada.
El Huracán Galveston
El siglo XX no comenzó bien para el Estado de Texas, de ello se encargó el Huracán Galveston, el día ocho de septiembre. Con una velocidad del viento de 217 km/h (134,8 millas/h) alcanzó la categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, matando entre 8.000 y 9.000 personas, no se sabe con certeza.
Se le conoció también como la Inundación Galveston aunque los lugareños preferían llamarlo La Gran Tormenta de 1900 cuando lo recordaban años después. Las olas eran de casi cinco metros de altura y atravesaron la ciudad de cabo a rabo pues se encontraba a menos de tres metros sobre el nivel del mar entrando el mar muy adentro y arrancando los cimientos de las casas destruidas por miles. Todavía se recuerda el desastre conservando las viviendas que sobrevivieron a la catástrofe y mostrándoselas a los turistas acompañada la ruta de las explicaciones pertinentes sobre tan aciaga jornada como el hecho de que no se supo nada en la capital del Estado debido a la destrucción de las líneas telegráficas. Sería un barco el que trasladaría la noticia enviándose un telegrama al presidente de la Nación informándole del desastre pero con una primera estimación de 500 muertos, cifra que dudaron ya que la consideraban una exageración hasta que comprobaron muchos voluntarios que acudieron de Houston, impresionados por el alcance de la catástrofe, que las víctimas mortales se contaban por miles. Casi 8.000 más otros mil que perecieron posteriormente atrapados en los derrumbamientos de las casas derruidas. Varias decenas de miles de personas perdieron su hogar.
Ya que no se daba abasto a la hora de enterrar a tantos cadáveres se optó por tirarlos al mar desde barcos pero la marea los devolvió a la orilla con lo que se vieron obligados a quemarlos siendo tantas las hogueras que la noche parecía día. Las autoridades repartían whisky a las cuadrillas de voluntarios para que sobrellevaran mejor tan macabra tarea.
El Huracán Camille
Deberían pasar casi siete décadas para revivir un desastre como el de Galveston. En esta ocasión en los Estados de Mississippi y Luisiana, en el verano de 1969.
El Huracán Camille alcanzó la categoría 5, con vientos de 320 km/h (198 m/h) y una presión del aire de 905 milibares. Aunque los muertos fueron muchos menos que en ocasiones anteriores ya que las medidas mejoraron con los años y se trata de una zona muy castigada por estos desastres meteorológicos por lo que han desarrollado medidas de prevención, aun así hubo 259 muertes y unos daños materiales valorados en 1.420 millones de dólares (el equivalente hoy a 3.100 millones de euros teniendo en cuenta la inflación de las últimas décadas).
Sería al chocar contra la Costa del Golfo de México cuando se convirtió en un temible Huracán con olas de 21 metros de altura, introduciendo el mar varios kilómetros tierra adentro y removiendo el fondo del Océano destruyendo a su paso tres plataformas petrolíferas.
Anteriormente, cuando aun era una tormenta aunque muy fuerte hubo que evacuar la pequeña Isla Pine y lugares costeros de la Isla de Cuba. En cuestión de un par de días el Huracán se robusteció al chocar contra la Costa de Florida causando una destrucción de un radio de 180 kilómetros cuadrados en el Condado de Harrison. La marea subió más de siete metros y los incendios lo abrasaban todo.
En Cuba, el Gobierno tuvo que vacunar contra la fiebre tifoidea ante el riesgo de contraerla debido a la humedad extrema que había dejado el Huracán. A raíz del desastre se declararon zonas catastróficas los Estados afectados y se enviaron tropas regulares que transportaron comida, vehículos y helicópteros para ayudar en las labores de rescate y salvamento.
La catástrofe sirvió para modificar las leyes urbanísticas de la zona y elaborar la conocida escala que mide la intensidad de los huracanes.
Existe una lista preelaborada de nombres de huracanes que se aplican a cada uno de estos fenómenos meteorológicos a no ser que sea tan desastroso que obligue a quitar el nombre de la lista al haberse convertido en referente; al resto, si no causan estragos, se les va aplicando el nombre que le corresponda a medida que se forman. Ponerle nombre a un Huracán o Ciclón, que son lo mismo, no es por morbo sino que resulta de gran utilidad en las solicitudes de ayuda a las Autoridades y demandas a las compañías aseguradoras al asociarse dichas peticiones a un evento concreto con nombre propio.
El Ciclón Bhola en Bangladesh
El ocho de noviembre de 1970, en la Bahía de Bengala (India), unos fuertes vientos de hasta 190 km/h se unieron a una tormenta tropical dando lugar a un Ciclón que llegaría pocos días después a lo que hoy se conoce como Bangladesh causando unos 400.000 muertos y 100.000 desaparecidos, devastando Regiones enteras e incluso destruyendo por completo la Isla a la que debe su nombre convirtiéndose en una de las mayores catástrofes naturales de la Historia. Cuando el Huracán se deshizo y creyendo que lo peor había pasado apareció el cólera llevándose la vida de otras varias miles de personas.
Sin embargo su intensidad fue 3 en la escala que mide la fuerza de los Huracanes pero la mala gestión del Gobierno de Pakistán de su sistema de alerta de Huracanes y las pésimas relaciones que hay desde siempre entre La India y Pakistán no comunicando los primeros a los pakistaníes que en las costas hindúes se estaba formando un Ciclón que se dirigía hacia Pakistán motivó que la población se viera sorprendida por la llegada del Huracán sin tiempo para reaccionar además de que muchos dormían pues ocurrió por la noche. La marea subió y entró tan adentro en la tierra y con tal fuerza que aniquiló las casas que encontraba a su paso y los cultivos dejando asolada toda la Región. Al día siguiente, con el amanecer, pudo verse el desastre en toda su magnitud y días después se comprobaría que ciertas localidades habían perdido la mitad de su población.
El Gobierno envió tres barcos con medicamentos y un buque-Hospital más otros navíos con suministros en los días siguientes.
Debido a la escasa atención recibida por las víctimas y el caos provocado por un sistema de alerta de Ciclones inútil el Gobierno perdió las elecciones generales del mes siguiente al desastre consiguiendo el movimiento opositor e independentista “Liga Awami” segregarse de Pakistán no después de una guerra contra el Estado pakistaní en la que la recién nacida República Popular de Bangladesh recibió la ayuda de La India, el enemigo natural de Pakistán. Sin embargo, probablemente apesadumbrados por no avisar de la llegada del Ciclón a las autoridades pakistaníes creyendo que no sería tan destructivo, el Gobierno hindú libró una importante ayuda económica en auxilio de las víctimas de lo que entonces se conocía como Pakistán del Este pero el Gobierno pakistaní no permitió que aviones hindúes sobrevolaran la zona entrando en espacio aéreo pakistaní por lo que la ayuda tardó en llegar al verse obligados a recurrir a las carreteras, algunas muy maltrechas por los efectos del Ciclón.
La comunidad internacional estaba consternada ante la magnitud de la tragedia enviando ayuda logística, personal sanitario y víveres consiguiendo un montante de 40 millones de dólares en ayuda para la reconstrucción de la zona aunque el Banco Mundial calculó que serían necesarios al menos 185 millones.
El nuevo País, Bangladesh, una vez independiente, se prometió a sí mismo que nunca volvería a ser azotado por un Ciclón que causara tal desastre por lo que diseñaron un sistema de alerta que ha demostrado su eficacia en embates posteriores de otros Ciclones aunque no pudieron librarse de otra dura prueba veinte años después del Ciclón Bhola.
El Huracán Gilbert
En 1988 otro Huracán devastador arrasó de nuevo el Caribe y el Golfo de México, una zona proclive a la formación de estos fenómenos meteorológicos. En esta ocasión, el Huracán bautizado como Gilbert sería llamado también el Huracán del Siglo, indicador de la catástrofe que provocó.
Lo que en principio era una tormenta tropical originada en las Islas de Barlovento acabó convirtiéndose en un Huracán de categoría 4 a su paso por Jamaica y categoría 5, la máxima, al atravesar la Isla de Gran Caimán, con vientos de 296 km/h (183 millas/h) y una presión atmosférica de tan solo 888 milibares, nunca registrada con anterioridad. Todo indicaba que el evento sería apocalíptico, utilizando esta denominación para identificar a catástrofes dignas del Fin del Mundo.
En cambio solo hubo 341 muertes para lo que pudiera haber sido teniendo en cuenta la fuerza del Huracán. La peor parte se la llevó la Isla de Jamaica con 45 muertos pero daños materiales valorados en 4.000 millones de dólares.
México fue el otro País seriamente afectado ya que decenas de miles de personas se quedaron sin hogar y 83 barcos se hundieron con pérdidas valoradas en 1.500 millones de dólares. La peor tragedia fue la de cinco autobuses repletos de viajeros que eran evacuados de la zona, al Nordeste, muriendo 100 de ellos.
El Huracán Hugo
El Huracán Hugo, de categoría 5, arrasó Puerto Rico, la Isla de Saint Croix y Carolina del Sur en 1989. Murieron 50 personas. Las pérdidas materiales costaron 9.000 millones de dólares.
El Ciclón de Bangladesh
Veinte años después del Ciclón más mortífero de la Historia, otro desastre azotó Bangladesh en forma de nuevo Ciclón destructivo, en esta ocasión de categoría máxima, la 5, provocando una marea que mató a 138.000 personas y provocando el desplazamiento de diez millones de seres humanos.
Su origen fue de nuevo la Bahía de Bengala, como el anterior de Bhola, y gracias a la experiencia que dolorosamente habían adquirido desde aquel otro Ciclón se consiguió evacuar a tiempo a dos millones de personas pero no se pudieron evitar pérdidas valoradas en 1.500 millones de dólares norteamericanos y la destrucción de un millón de hogares. Las Bases Navales del País quedaron gravemente afectadas.
Los Estados Unidos enviaron 15 navíos y 2500 soldados procedentes de la Guerra del Golfo en socorro de Bangladesh. Incluso Pakistán ofreció su ayuda al que en su día había sido su territorio y con el que llegó a librar una guerra tan solo veinte años antes.
El Huracán Andrew
El Huracán Andrew dejó pérdidas de 45 mil millones de dólares, sobre todo en el Estado de Florida, siendo el segundo más costoso después del Katrina. 18 millas, tierra adentro, fueron devastadas literalmente.
De categoría 5, alcanzó vientos de 264 km/h.
El Huracán Mitch
El segundo peor Huracán registrado en el Océano Atlántico fue el Huracán Mitch, con vientos de hasta 290 Km/h y un saldo de 18.000 muertos en Centroamérica además de pérdidas valoradas en 6.000 millones de dólares.
Gracias al monitoreo desde el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos se pudieron evacuar a 185.000 personas pero los daños de las inundaciones se calculan en 6 mil millones de dólares llegando a verse olas de más de seis metros de altura que junto a los fuertes vientos destruyeron tres cuartas partes de Honduras.
En Nicaragua, las intensas lluvias produjeron el corrimiento de la ladera del Volcán Casita sepultando a 2.000 personas. Cientos de miles de personas se quedaron sin hogar.
Incluso como tormenta tropical, en lo que derivó a medida que se difuminaba, aun así siguió su estela mortal con olas de 4 m de altura y vientos de 67 km/h hundiendo barcos veleros pereciendo decenas de personas. Costa Rica vio como miles de sus habitantes se quedaban sin hogar como ocurrió en El salvador que se llevó peor parte con decenas de muertos y tanto casas como cultivos destrozados. También Guatemala se vio seriamente afectada con 248 muertes.
La ayuda económica internacional fue importante: 6.300 millones de dólares para toda América Central. Sin embargo, las enfermedades aparecieron y no se pudo evitar la muerte de más personas por cólera, leptospirosis y dengue.
El Huracán Katrina
El huracán Katrina comenzó siendo un Huracán que no preveía ningún desastre o por lo menos parecía fácilmente previsible demostrándose que en lo que a Huracanes y Ciclones se refiere nada puede preverse ya que de repente puede cambiar y volverse mortal o deshacerse sin más. De todos modos, en sus primeros momentos ya provocó grandes inundaciones en Florida y ello debió bastar para avisar a todo el Sur de Estados Unidos, sin embargo la Ciudad de Nueva Orleans fue alertada tarde y los vientos huracanados ya de categoría 5, de 280 km/h, inundaron la ciudad que se encuentra por debajo del nivel del mar en su mayor parte. Hubo 1.836 víctimas mortales y 705 desaparecidos. Las autoridades no reaccionaron a tiempo e incluso se pudo comprobar que carecían de planes de seguridad ante desastres como el acaecido por lo que 150.000 personas optaron por huir quedando la ciudad a expensas del pillaje. Las tiendas eran saqueadas y los supervivientes no recibían la ayuda sanitaria necesaria ante lo que aparecieron las enfermedades ya que ni siquiera se retiraban los cadáveres. No había alimentos ni agua potable.
Lo curioso de este caso es que existían estudios que avisaban de los posibles efectos destructivos de un Huracán en el Sureste de los Estados Unidos como el elaborado por los investigadores del Centro de Impactos sobre la Salud Pública de la Universidad Estatal de Louisiana desde 2002, tres años antes del desastre. El estudio preveía los efectos de un Huracán de categoría 5 en la Ciudad de Nueva Orleans, la más importante del Estado de Luisiana, avisando de que con las estructuras y servicios de entonces la Ciudad se desbordaría inevitablemente ya que la gente no tenía conciencia de la magnitud de la posible catástrofe puesto que no se les había informado al respecto ni llevado a cabo simulacros. Además, la Ciudad no estaba capacitada para ofrecer salidas rápidas a la población para que pudiera huir en caso de Huracán o cualquier otra calamidad. En la encuesta realizada por los investigadores universitarios entre la población más humilde de Nueva Orleans los resultados fueron asombrosamente premonitorios: más de la quinta parte de la población respondió que se quedaría en la Ciudad al carecer de medios para marcharse.
Los diques que protegen a Nueva Orleans de posibles inundaciones en principio funcionaron y las autoridades creyeron que resistirían además de que parecía que el Huracán no azotaría de lleno al municipio pues viró hacia el Este pero acabó por dirigirse de nuevo al Norte directamente a Nueva Orleans debido al efecto conocido como “reemplazo de pared de ojo” por el que la oleada tormentosa que acompaña al Huracán y el hecho de que los Huracanes atlánticos giran en sentido contrario a las agujas del reloj acaban por dirigirlo siempre hacia el Norte en el caso de que se produzca ese efecto el cual no puede preverse, simplemente sucede.
Los diques de Nueva Orleans cedieron inundándose la ciudad en un 80 % a un modo endiabladamente veloz que causó un pánico generalizado ya que parecía un verdadero diluvio. Si hubiera habido más sedimento en el río Mississippi que hubiera frenado la inundación el desastre hubiese sido menor pero son muchos los diques: lo que por un lado se protege por otro causa un mal mayor.
El Huracán Wilma
Fue el huracán con la presión atmosférica más baja reportada en el hemisferio occidental, con vientos de 250 km/h aunque pasó por México con una pasmosa lentitud como regodeándose con la destrucción que estaba causando.
El Ciclón Nargis
De nuevo en el Pacífico, hace pocos años, en 2008, se registró el peor Ciclón Tropical en Birmania, o como es denominado el País oficialmente: Unión de Myanmar. Se calcula que la cifra real de víctimas mortales alcanzó el medio millón lo que le convertiría en el evento catastrófico más desastroso de la Historia pero el Gobierno no facilitó cifras reales por temor a quedar desprestigiado; hubo decenas de miles de desaparecidos.
El Ciclón se formó en el mismo lugar en el que se originaron los peores Ciclones de los tiempos modernos: la Bahía de Bengala, en La India. Llegaría a ser de categoría 4 con vientos de hasta 215 km/h.
El Gobierno Birmano denegó la entrada de ayuda humanitaria y alimentos procedentes de varios Países que veían, desesperados, como sus envíos se deterioraban en Thailandia a la espera de conseguir el permiso para entrar en Myanmar. Ello provocó muchas más muertes. Al final el Gobierno dictatorial birmano aceptó la ayuda internacional pero el daño era ya irreparable.
Otros Ciclones en lugares no habituales
El Suroeste de Europa no está libre de Ciclones. La población de Países como España, Portugal o Francia creen que no deben preocuparse por tal amenaza, sin embargo no es así.
El Ciclón Klaus, en 2009, superaría vientos de 150 km/h afectando al Norte de España y Sur de Francia pudiendo verse en el Mar Cantábrico olas de 26 metros de altura. Murieron 31 personas.
El Ciclón Xynthia, en 2010, llegó a alcanzar vientos de más de 195 km/h. en montes de alturas superiores a 1.700 metros y 150 km/h en algunas ciudades, causando en Galicia, al Noroeste de España, el corte del suministro eléctrico de miles de viviendas y la cancelación de vuelos así como la suspensión del servicio ferroviario o del transporte pesado por carretera. Hubo 12 muertes en España y 51 en Francia, con olas de hasta siete metros de altura y no era seguro siquiera andar por las calles de las ciudades por temor al desprendimiento de tejas o a la rotura de árboles.
Aunque se conoce a estos "pequeños" huracanes con su nombre, lo cierto es que en Europa tan solo Alemania y Noruega dan nombre a sus tormentas más violentas, aún así, algunos medios de comunicación españoles calificaron al Xinthya de “Tormenta Perfecta”, en plan sensacionalista, pero no es acertado ya que esa es la denominación que los meteorólogos dan a la unión de dos grandes tormentas, una de aire frío procedente del Continente y otra de aire cálido de procedencia oceánica formándose una monstruosa tormenta de proporciones apocalípticas cuya denominación científica es ciclogénesis explosiva y que llegó a verse en 1991 en el Océano Atlántico inspirando la película protagonizada por George Clooney, “La Tormenta Perfecta”, en la que un pesquero se enfrenta a tan impresionante fuerza de la naturaleza.
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