Se trata de un crimen de Estado cometido por la policía del estado de Guerrero en México. Esta masacre fue cuidadosamente planeado por Rubén Figueroa Alcocer, en el vado de Aguas Blancas (municipio de Coyuca de Benítez, región de la Costa Grande). La OCSS (Organización Campesina de la Sierra del Sur) se constituyó en enero de 1994. Desde el comienzo de distinguió por su capacidad de convocatoria entre los habitantes más pobres de la sierra, de todas las edades y géneros, además de sus manifestaciones públicas con métodos considerados como radicales, como la toma de carreteras y de palacios municipales. Los campesinos pertenecientes demandaban apoyo entre otras cosas, para la producción de alimentos, láminas para techar las viviendas, carreteras, escuelas, centros de salud, servicios, y se proponían la defensa de los bosques y de los recursos naturales.
Además los campesinos también pedían participar en la elección de autoridades en los pueblos, exigían la salida de los grupos policiacos y del Ejército de las comunidades y la presentación de los desaparecidos de la guerra sucia de la década del 70. Preocupado por la situación, el gobernador Figueroa puso a la OCSS en la mira de su política de contrainsurgencia, como lo hizo con otros sectores de oposición que no se sometieron a su control, por lo que en menos de 3 años de gobierno la lista de militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y dirigentes sociales asesinados por motivos políticos llegó a 84, además de 10 asesinatos colectivos que fueron perpetrados en los últimos ocho meses de su administración.
Aquella nueva organización fundada en Tepetixtla, la comunidad más poblada de la sierra guerrerense, que contaba con 20 mil habitantes, la mayoría de sus habitantes muy pobres se dio a conocer por sus acciones radicales. La policía motorizada de Tepetixtla fue expulsada, además destruyeron las grúas y la maquinaria pesada de una empresa privada que explotaba los bosques comunales, y que a consecuencia de esto paró las actividades de los camiones que transportaban madera de esos bosques. Aquella organización campesina se tomó el Palacio Municipal de Coyuca de Benítez y de Atoyac, donde varios alcaldes y varios principales funcionarios quedaron encerrados varias horas, además de bloquear en reiteradas ocasiones la carretera federal de la Costa Grande, única vía de comunicación de la región y de los centros turísticos de Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo, dos de los principales del país.
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