Esta foto ha resonado en los medios masivos colombianos. Esta es la foto no sólo de un hombre asesinado de una forma cruel e inaceptable, sino que es una foto que comprueba una vez más que estamos ante un problema grave de intolerancia y muy pocos somos conscientes de esta problemática.
Colombia es como lo que llaman los psiquiatras o psicólogos: Un niño problema, porque se cae, y entré más veces se caiga peor se comporta. Es un niño problema porque no sale de ese mismo círculo vicioso de darle más importancia a las elites que tanto mal le hacen a la patria y a los colombianos, en vez de buscar la igualdad de condiciones para todos. Esta es Colombia, un rebelde sin causa, un niño malcriado que necesita dos correazos o una reventada de boca.
En pleno siglo XXI, siendo nosotros un país democrático y se ven casos como estos, o de desadaptados que les queman con ácido la cara a las personas como sí fuéramos un país que se rige por La Sharia (el islam). Somos un país donde la intolerancia va desde una discusión por el pago de una carrera de taxi hasta por los 1.500 pesos de una gaseosa; y los políticos nuestros en vez de hacer propuestas serias dan escándalos como sí fuesen rameras peleandose por un macho. Somos un país democrático donde la oposición es inaceptable y donde quien dice lo que piensa es torturado o peor aún, es asesinado.
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