Parece que los accidentes no son ejemplos suficientes para que muchos colombianos decidan no conducir más luego de haber bebido, así como las sanciones no han sido suficientes para convencer a muchos de no conducir borrachos.
Por otro lado, parece que las tumbas de aquellas víctimas de estos conductores no son motivo suficiente para los jueces tomen la decisión correcta a la hora de dictar sentencia a un irresponsable que pensando estúpidamente: "A mi no me va a pasar", luego de tomar 4 o 5 tequilas o whisky salen en sus vehículos poniendo en riesgo la vida de muchos.
Y es que un individuo al subir ebrio a su auto se convierte automáticamente en un asesino en potencia, en una bomba de tiempo, y el resto de la gente, en sus posibles víctimas mortales. Un claro ejemplo es el ya conocido caso de Fabio Salamanca, uno de esos tantos jóvenes irresponsables que usan su carro para algo más que para transportarse, para demostrar cuán machos son, arriesgando su propia vida y la de muchos, más inocentes que él, quienes incautos están en las calles de la enorme capital sin siquiera sospechar que un joven montado en una camioneta Audi tiene un alto grado de alcohol en la sangre y que en cualquier momento causara una tragedia.
¿Hasta cuándo? Es la pregunta que todos nos hacemos, es la pregunta que no tiene respuesta porque nadie sabe cuando será la próxima víctima de asesinos que justificando su irresponsabilidad en un trago y luego en un, aveces, fingido arrepentimiento, son disculpados por los jueces siendo un ejemplo más de la impunidad que azota nuestra sociedad. Fabio Salamanca, el joven que llora en su propio muro de los lamentos por un futuro que perdió a causa de un error que bien pudo haber evitado, pero este dolor no es ni mínimamente comparable con el que sienten los familiares de las dos jóvenes fallecidas o el del joven taxista que quedo invalido. El joven Salamanca goza de buena salud, en su casa, mientras que sus víctimas no corren su misma suerte, las dos jóvenes dejaron en sus hogares heridas que difícilmente serán curadas y el joven taxista, quien vive de su trabajo, quien sabe hasta cuando podrá volver a conducir su taxi.
La juez considero que Fabio Andrés Salamanca no representa ningún peligro para la sociedad, pero el daño ya esta hecho, pero tal parece que esta tragedia no le afecta a la juez ya que aún siendo el joven culpable sigue libre cuando debería de estar en prisión y no disfrutando de una libertad que no se
merece.
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