Los fenómenos poltergeist se han manifestado a lo largo de la historia de la humanidad, aunque han sido realmente muy pocos aquellos que han llegado hasta extremos de agredir y provocar daños físicos. La fenomenología que se presenta suele ser mas pequeña, ruidos, desplazamiento de objetos. En otras épocas solían ser mas escandalosos porque estaban rodeados de un poco de mito y leyenda, pero hoy en día casos llamativos son muy difíciles de conseguir. Lo que si es cierto, es que la gran mayoría de los casos de poltergeist que han sido investigados están relacionados con una persona que ha sido foco para que esta fenomenología se materialice en lluvia y desplazamiento de objetos, la aparición de extraños símbolos, y levitaciones.
Este tipo de fenómenos se caracterizan por movimientos físicos, especialmente por desplazamientos, ruidos, que suelen ser algo así como la firma de este tipo de fenomenología, y en otros casos la aparición de objetos, que pueden ser arrojados o desplazados. Hay veces que las personas que provocan este tipo de situaciones (focos) de forma sea intencional o no intencional, se aprovechan de esta fenomenología para agredir a otras personas. Hasta hace algunos años el poltergeist era relacionado con los temas demoniacos, y a pesar de los estudios ya realizados todavía existe esa creencia en algunas comunidades.
Para conocer uno de esos casos realmente inquietantes tendríamos que irnos a la década de los 90´s, cuando un inusual caso de poltergeist tomo lugar en Las Palmas de Gran Canarias, en Telde, en agosto de 1996, cuando una familia comienza a vivir una cadena de situaciones que se salían de la lógica: platos que salían volando de las estanterías, objetos que se materializaban sin que ellos supieran de donde provenían, así como agresiones que sufrían, como escobas que salían volando y que impactaban directamente contra ellos, hasta tal punto eran esos fenómenos que acudieron a una iglesia en donde buscaron a un párroco que aseguro que todo cuanto había presenciado no tenia explicación humana.
La vivienda fue exorcizada en varias ocasiones, incluso se hicieron rezos, hasta lograr que los fenómenos se apaciguaran, pero a la familia le toco salir de aquella casa porque no aguantaban tantas agresiones por parte de aquella fenomenología que se había apoderado de su casa.
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