Un parentesis: Murieron en vano

Colombia es un país que por décadas ha luchado contra una guerra que parece no querer acabar, una guerra que no ha dejado de cobrar victimas, una guerra donde las historias día con día se van multiplicando. Colombia es un país que no escarmienta, un país que se acostumbro a la misma tragedia, a la misma violencia y a la misma impunidad. Escuchando una entrevista en La W Radio pude corroborar que somos un país que llora pero que no se seca las lágrimas, que no cierra un capítulo para comenzar uno nuevo, y que muchos que murieron por nuestro país, definitivamente murieron en vano.

Un claro ejemplo de esto fueron las historias del Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla y del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento. Rodrigo Lara Bonilla quien se enfrento al gran enemigo nacional como lo fue el narcotráfico personificado con el rostro de Pablo Escobar. Lara Bonilla luchaba de manera frontal contra los carteles de la droga sobre todo el que operaba en Medellín liderado por Escobar. Cuando Rodrigo Lara Bonilla enfrenta a Pablo Escobar, éste en un intento de defenderse involucra al ministro con el capo Evaristo Porras, pero Lara Bonilla los desacredita y destapa aun más las actividades delictivas del líder del Cartel de Medellín, lo que ocasiona la expulsión del congreso y la cancelación de la visa americana de Escobar.

Pablo EscobarRodrigo Lara BonillaLara Bonilla revive viejos procesos penales contra Escobar y otros capos como Carlos Lehder, ordenando además el decomiso de avionetas que eran presuntamente utilizadas para la producción y distribución de sustancias alucinógenas. El congreso comienza a discutir la aprobación de la extradición, por lo que los capos vieron en Lara Bonilla un peligroso enemigo que era necesario eliminar, por lo que el 30 de abril de 1984, en la Calle 127 al norte de Bogotá, Lara Bonilla muere acribillado a manos de un sicario con el nombre de Bayrón Alexander Velázquez menor de tan solo 17 años que fue capturado en el lugar donde ocurrió el crimen. Sólo se produjo una condena por el asesinato del Ministro, siendo este otro de los tantos asesinatos que han quedado impunes en Colombia.

Luis Carlos GalánOtro caso no menos terrible fue el de Luis Carlos Galán Sarmiento, candidato a la presidencia de Colombia en dos ocasiones por el Partido Liberal Colombiano y en una ocasión por el movimiento Nuevo Liberalismo. Galán también significaba un grave peligro para Escobar y para el negocio del narcotráfico, por lo que el 18 de agosto durante su última campaña electoral, el candidato fue herido mortalmente por personas dirigidas por Pablo Escobar. Galán muere poco después.

Alberto SantofimioInicialmente fueron inculpados por este magnicidio Alberto Hubis Hazbún y otras cuatro personas, pero fueron absueltos y dejados en libertad tras 42 meses de prisión, gracias a las declaraciones hechas por el confeso narcotraficante Jhon Jairo Velásquez Vásquez (alias "Popeye"), la fiscalía investigó al también político Alberto Santofimio Botero, quien inicialmente, fue declarado autor intelectual y condenado a 24 años de prisión por el magnicidio.

Pero en octubre de 2008 Santofimio fue liberado luego de permanecer 3 años y cuatro meses en prisión por falta de pruebas que lo vincularan con el asesinato, según lo determino el Tribunal Superior de Cundinamarca. Sin embargo, el 31 de agosto de 2011, la Corte Suprema de Justicia de Colombia ordenó su recaptura al revocar el fallo que había anulado la condena original; Santofimio enfrenta ahora una sentencia de 24 años de cárcel por la autoría intelectual del asesinato de Luis Carlos Galán.

En una entrevista por la W Radio, el ministro del Justicia, Juan Carlos Esguerra afirmo que algunos extraditables están pagando penas menores en Estados Unidos que antes no usaban poner, ya que esto parecer ser parte del fuero de justicia de Estados Unidos y “se debe respetar el sistema judicial de allá”. Pero el hecho de que un extraditado pague su pena en Estados Unidos no quiere decir que no tenga que pagar en Colombia, y que deben presentarse a las autoridades en caso de ser requeridos.