La figura del cuervo es una de las más representativas en el mundo del arte. Poetas, dramaturgos y músicos por años han usado la imagen de este animal. Sin lugar a dudas el cuervo es un ave de gran inteligencia que inspira no solo respeto pero también cierto temor, por lo que en muchas culturas en todo un mito, ya que se ha desarrollado una curiosa relación con la muerte desde la antigüedad hasta nuestros días. Así mismo sucede en el mundo del ocultismo donde se habla de la participación del cuervo como una guía de las almas de los muertos al otro mundo.
En los textos sagrados este animal está entre los impuros, que además es un símbolo que representa a los herejes durante la Inquisición. En los pasajes que narran el diluvio que fue un cuervo el emisario en búsqueda de nuevas tierras, en esta historia Noé lo envía con una paloma, el cuervo al encontrar abundante comida no regresa, pero si lo hace la paloma siendo por esto símbolo de esperanza. En muchas ocasiones la presencia de los cuervos en guerras, escenas de muerte, junto a su apetito carroñero han promovido al ave negra como un heraldo de muerte. En numerosas culturas existe mención de este ave en sus leyendas:
En Roma y Grecia el cuervo es una figura importante para su cultura ya que se le asocia con el futuro y la esperanza, ya que era el portador de buenas y malas noticias. Cuenta la leyenda que originalmente solo existían cuervos blancos, el Dios Apolo que estaba enamorado de una mortal llamada Corinis envió a uno de sus cuervos a cuidar de ella, y en un descuido del cuervo ella traicionó a Apolo, y el dios al enterarse quemo al cuervo convirtiendo sus plumas blancas en negras.
La cultura nórdica fue sin duda la que más idolatro al cuervo, ya que representaba el pensamiento y la memoria, seguramente en alusión a la inteligencia de Odín es calificado el dios principal de la mitología nórdica y algunas religiones etenas., además de ser considerado el dios de la sabiduría, la guerra y la muerte. Odín llevaba dos cuervos cada uno en un hombro. El mito cuenta que Odín enviaba a sus cuervos a recorrer el mundo para que le contaran lo que ocurría en el. Muchos creen que este mito está relacionado con el temor a la perdida de la capacidad intelectual con el paso del tiempo, uno de los llamados “males de la vejez”. Los vikingos utilizaban imágenes de cuervos en las velas de sus barcos, si la vela se movía con el viento simbolizaba que ganarían las batallas mientras que si se quedaba quieta las perderían.
En el caso del hinduismo es símbolo de protección convirtiéndose así en un animal sagrado para los hindúes por lo que su caza está prohibida y su muerte es considerada como un sacrilegio. Para otras culturas como los persas y los chinos la figura del cuervo es un emblema de la luz, la representación del dios del sol. En el caso de los japoneses el cuervo era el heraldo de los dioses y estaba representado de color rojo justamente para asociarlo al fuego y al sol.
Para algunas tribus del noroeste americano el cuervo representa al creador de la vida y el agua y su etimología es comparada con la palabra de Dios. En la cultura popular el cuervo ha inspirado a muchos escritores y a muchos realizadores de cine por su cercana relación con la muerte.
En la literatura, William Shakespeare menciona al cuervo más a menudo que a cualquier otra ave en sus obras Otelo y Macbeth, también fue mencionado por Charles Dickens en su relato Bernabé Rudge, así como también ha hecho parte del excitante mundo del celuloide en el film de Alex Proyas, El Cuervo, protagonizado por el fallecido actor norteamericano Brandon Lee. Este film fue considerado por el periodista español Antonio Luis Moyano en su libro Cine y Música Malditos que hace parte de la colección de Archivos del Misterio de Iker Jiménez, como el “remake de una muerte anunciada.
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