Durante aquellas noches a finales de los años 70´s algo invisible merodeaba y asustaba a los pobladores del barrio de Taco, La Laguna (Tenerife) en tierra ibérica, y asustarles no era cosa fácil porque estaban acostumbrados a una vida dura. Algunos animales de algunas granjas e incluso algunos perros guardianes estaban siendo atacados con saña y con una precisión que a veces asustaba.
Perros guardianes habían sido hallados con dos o un único punzón incrustado en su costado, por el que se había extraído toda la sangre, y algunos, que a pesar de ser animales de gran peso habían caído a plomo, es decir que habían sido previamente hipnotizados, por lo que no habían atacado a su verdugo y mucho menos se habían defendido. ¿Quién estaba agrediendo así a los animales de Taco? Nunca se pudo descubrir, y el pánico social hizo que la prensa hablase de sectas, de grupos más o menos oscuros que hacían toda clase de rituales. ¿Por qué contra los animales? ¿Podían ser además dañadas las personas?
Al mismo tiempo comenzaban a observarse luces extrañas en los cielos. Todo aquello fue cocktail extraordinario e inquietante, y sin más de repente todo paró.
Fue aquel 29 de abril de 1979, cuando el encargado de seguridad de una fábrica de materiales de construcción descubre a las 11 horas que un perro pastor alemán que custodiaba el almacén yacía muerto en el suelo. Parecía como si el animal hubiese arrancado la cadena, pero no se hallaron ni huellas, ni rastro de sangre o algo que indicara las causas de su muerte. Cuando se realiza la necropsia se descubre que en el cuerpo del animal no había ni una sola gota de sangre. Algo o alguien parecían habérsela succionado a través de dos pequeños orificios que se localizaron en su costado. Además de su cuerpo habían desaparecido el hígado y el corazón.
Tan macabro hallazgo tuvo aterrado a la localidad durante tres semanas cuando los casos se fueron repitiendo en aquella fábrica. La nueva víctima era nuevamente un pastor alemán, siendo similar a la muerte del primer perro. Se comenzaron a hablar de la aparición de sectas, de animales extraños, y hasta de mutilaciones de ganado que estaban ocurriendo en aquellos años en Estados Unidos y que eran inexplicables, así como se hablaban de OVNIS al otro lado del Atlántico.
A los pocos días, el 14 de mayo, a pocos kilómetros de Taco, en el barrio Guamasa se halló un cerdo muerto, que tampoco aparecería en condiciones normales, en su interior no había ni una gota de sangre así como tampoco habían vísceras. Luego fueron apareciendo cabras muertas en circunstancias igualmente extraña, entonces la hipótesis de la presencia de una secta en la localidad fue tomando cada vez más fuerza, pero no había una sola prueba que diera con él o los culpables de aquellas muertes. Las autoridades se encontraban en un callejón sin salida, tal como lo revelaban los informes policiales. En octubre aparecieron muertas ocho cabras en Taco con los mismos parámetros de los casos anteriores. Cuando terminó aquel macabro suceso la policía seguía sin resolver aquel misterio, no había pistas ni culpables.
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