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jueves, 20 de octubre de 2011

La Sonrisa del Payaso


Las leyendas urbanas son historias ficticias basadas en hechos reales, hay quienes creen, pero también hay quienes no creen. Una de esas leyendas, y quizás de las más famosas es la de La Sonrisa del Payaso, que habla de cómo torturan a una chica a cambio de respetar su virginidad, pero esto es más que una simple leyenda urbana, son casos muy comunes entre los jóvenes en Latinoamérica y España. Se trata de vandalismo o algún tipo de repudio contra el género femenino.
La historia es casi siempre la misma, una chica sale a altas horas de la discoteca, ha discutido con sus amigas y esa noche volverá a casa sola, incapaz de conseguir un taxi decide volver a su casa andando. Para ello debe cruzar un oscuro parque, decide hacerlo sin pensar mucho en las consecuencias y acelera el paso para llegar a casa cuanto antes.
De repente de entre unos arbustos aparece un grupo de hombres con oscuras intenciones, el grupo acorrala a la chica y mientras la increpan y golpean la empiezan a toquetear, la chica asustada implora por su vida y les pide entre lágrimas que la dejen marchar, es virgen y no quiere tener una experiencia tan traumática como primera vez.
Los hombres entonces le ofrecen una alternativa a la violación, “la sonrisa del payaso”, la chica debe elegir entre ser violada o que le hagan la sonrisa del payaso. La chica que no sabe que es, prefiere cualquier cosa a perder su virginidad violada por un grupo de violentos y elige la “sonrisa”. Sin mediar palabra uno de ellos saca su navaja y le corta desde la comisura de los labios hasta las orejas, dejando su boca y cara totalmente deformada y una horrible cicatriz para toda la vida que asemeja la horripilante sonrisa de un payaso.
En muchas ocasiones el modus operandi varia, algunas veces toman a la victima, le colocan el cuchillo para que lo sostenga con la boca, con el filo apuntando hacia adentro, luego le hacen cosquillas, haciendo que al momento de reírse se raje por sí sola, otras veces usan una técnica aun más cruel: luego de inmovilizar a la victima, y sin usar sedante alguno, pasan el filo del cuchillo por las mejillas, pudiendo llegar hasta las orejas. A veces las heridas son curadas con alcohol, pero no las suturan para que queden permanentes como si se tratase de un macabro y dantesco tatuaje.
 De esta misma leyenda existen otras versiones como la de la puñalada o la patada. Las personas asustadas al ver la navaja prefieren recibir una patada. Lo que no saben es que antes de recibir la patada les hacen morder un bordillo de la acera y al patearles la nuca les parten todos los dientes. En la tercera versión de la leyenda el ofrecimiento es entre puñalada o pellizco, quien prefiere el pellizco tiene que aguantar la tortura de que le arranquen los pezones de un pellizco usando unos alicates.
Esta tortura tuvo su tiempo de popularidad hace ya bastante tiempo, incluso fue utilizada en la película de Batman: El Caballero de la noche, al relatar el Guasón el porqué de su apariencia:
Mi padre era un borracho que golpeaba a mi madre. Un día me tomó de la quijada y me dijo "Te ves muy triste, haré que tengas una sonrisa". Tomó un cuchillo y destrozó mis mejillas, para que tuviera siempre, aunque sea en cicatriz, una sonrisa en mi rostro.

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