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miércoles, 27 de abril de 2011

Las endemoniadas de Huescas

Tramacastilla
 Los habitantes de Tramacastilla no olvidan lo acontecido en la primavera de 1627, la memoria de aquella localidad de la provincia de Teruel, comunidad autónoma de Aragón, en España. En los tejados de aquel municipio las chimeneas y las veletas son distintas, las puertas siguen estando protegidas, y los dinteles lanzan una seria advertencia, esto puede parecer una frivolidad o una moda, pero en aquel valle,  en pleno pirineo aragonés hay aun memoria viva que ha durado desde hace 400 años.
Bajo la bóveda del templo, el mal se dibujaba en formas de demonios negados a las puertas del cielo: “Concédenos señor el perdón y haznos cruzar del pecado a la gracia, de la muerte a la vida”…el sacerdote de aquel entonces hacia la señal de la cruz con ceniza, así comenzaban entonces los 40 días de cuaresma, de penitencia, ayuno y arrepentimiento, pero aquella invocación del Génesis 3:19 produjo un efecto inesperado detonando la mayor epidemia de endemoniadas que se conoce en España. 
 Aquellas mujeres cuyas edades oscilaban entre 8 y 25 años, casi todas doncellas y unas pocas casadas habían sido víctimas de alguna brujería, presentando unos extraños síntomas que ni el párroco ni el médico del pueblo fueron capaces de explicar. Aquellas jóvenes imitaban voces de animales, se rasgaban sus vestiduras quedándose desnudas, se negaban a entrar a cualquier acto religioso y social, aquello era un fenómeno de histeria colectiva.
Pedro de Arruego, originario de aquella aldea, había sido desterrado por 5 años por practicar la magia y por actividades brujeriles, aquel hombre era muy influyente, personal y sociablemente dentro del valle y estaba íntimamente vinculado al tema de la magia puesto que sus cómplices también lo fueron; tenía contactos con brujos del otro lado del pirineo  y con otros brujos que no fueron echados del valle, también había estado en aquelarres, y había hecho pactos demoniacos. 
 El inquisidor Bartolomé también había sido víctima de los hechizos de Pedro de Arruego, puesto que antes de morir tenía la mirada clara, la mente lúcida, y la orina limpia, lo cual aviva aún más la leyenda. Pedro de Arruego fue acusado por embrujar a 64 mujeres en Tramacastilla, su casa se encontraba localizada a las afueras, y fue allí donde consumó sus delitos. La inquisición lo condenó a 5 años de encierro. Lo que muy pocos saben es que el mejor brujo es aquel capaz de esquivar el infortunio y las adversidades. Al poco tiempo fue visto en Madrid pero después regreso. 

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