Fue el 16 de abril de 1951 cuando luego de unos trabajadores se vieron atormentados por terribles alucinaciones de bestias terroríficas y fuego. Una de las personas afectadas trato de ahogarse así mismo, gritando que su vientre estaba siendo devorado por las serpientes. Un niño de 11 años intentó estrangular a su abuela. Otro hombre gritó: “Soy un avión”, antes de saltar por una ventana del segundo piso, le quebraron las piernas. Otro vio a su corazón escapar a través de sus pies y le pidió a un médico que se lo pusiera de nuevo. Muchos fueron transportados a asilos de salud mental en camisa de fuerza. Uno de los médicos de la localidad francesas padeció en sus carnes una intoxicación parcial.
El alejado pueblo francés de Pont-Saint-Espirit se había convertido en el epicentro de las alucinaciones y la locura. Finalmente, se determinó que el panadero más exitoso del pueblo había contaminado, involuntariamente, con el uso de un grano de centeno afectado por un moho alucinógeno. Otra teoría era el pan había sido envenenado con mercurio orgánico. Durante décadas se presumió que el pan local había sido envenenado involuntariamente por la acción de un moho alucinógeno.Ante aquel panorama desolador el gobierno francés creó una comisión para investigar lo sucedido y una de las hipótesis barajadas fue el ergotismo o fuego de San Antonio. Muchos se gangrenaban y perdían sus miembros (manos y pies). H.P. Albarelli en su libro “A terrible mistake” afirmo que todo aquello se había tratado de un experimento dirigido por la CIA con LSD, y que existían pruebas que la CIA probó aquel alucinógeno como un arma de guerra por las fumigaciones aéreas sobre aquel pueblo francés. Aquel libro cayó como bomba en el pueblo francés, ya que se acusaba a la CIA de haber esparcido LSD en el agua. Hoy día nadie en el pueblo osa confirmar la teoría de la conspiración pero les inquieta el extraño silencio del gobierno francés.
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