Se trata de uno de los mayores asesinos de la historia de la humanidad, o al menos uno de los asesinos que más personas ha asesinado sin usar arma alguna. Durante el Imperio Otomano, Souflikar era el ejecutor personal del sultán Mehmed IV, que rigió durante la segunda mitad del siglo XVII.
Durante cinco años, Souflikar fue el encargado de ejecutar hasta tres personas cada día, alcanzando la suma total de 5.000 personas. Pero lo mas terrorifico de todo esto fue que este legendario asesino no se dejó seducir por las bondades de un hacha o una horca para ejecutar a sus víctimas, sino que las estrangulaba con sus propias manos.
Pero el sadismo de Souflikar iba mas alla, a él le gustaba “jugar” un poco con sus víctimas: les ofreciéndoles escape y desafiándolos a una carrera de velocidad a lo largo de los jardines reales, con el punto de ejecución como el sitio de la “llegada”. Souflikar prometía a sus víctimas que si le ganaban eran liberados. Sin embargo, se dice que nunca perdió una carrera y que al final seguía con la fuerza suficiente como para estrangular a su contrincante hasta la muerte.
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