De todas las obras maestras que creó Miguel Ángel, seguramente no hay ninguna que sea más aclamada universalmente que su fresco en la bóveda de la Capilla Sixtina, el cual representa la creación de Adam.
Sin embargo, lo que la mayoría de la gente no sabe es la fascinante historia que hay detrás de la elección del tema de Miguel Ángel, una decisión que se vio motivada por el desacuerdo que tenía el artista con el Papa de la época, el cual tiene relevancia incluso hoy en día, especialmente ahora que nos acercamos al inicio de un nuevo año en lo que comúnmente llamamos el calendario secular.
En conjunto con la mayoría del mundo occidental, la fecha que comenzaremos a anotar tanto en nuestros cheques como en nuestras agendas indicará que hemos pasado del 2013 al 2014. Como parte de una gran sociedad que tiene su propia forma de anotar el paso del tiempo, yo simplemente no tengo opción, a pesar de que ello no va de acuerdo a mi cuenta. Para mí ahora estamos en el año 5774 del calendario judío. Y esta discrepancia apunta a una profunda diferencia de perspectivas en relación a Dios y el significado de la historia.
Los judíos y el judaísmo son quienes trajeron el concepto de monoteísmo al mundo. Dios fue el que creó todo el mundo y a todos los que habitan en él. El primer ser humano fue creado a Su imagen, y todos los que vinieron después de él también tienen esta marca de divinidad.
¿Por qué Dios comenzó la historia de la humanidad creando sólo una persona? El Talmud responde que lo hizo para que ningún hombre pudiera decirle a su prójimo “mi padre es más grandioso que tu padre” (Sanedrín 37a), es decir, todos estamos relacionados. El hecho de tener sólo un padre hace que todos seamos hermanos y hermanas en el verdadero sentido de la palabra. Adam no era sólo un hombre; era todos los hombres. Cristianos y judíos, negros y blancos, americanos y asiáticos; Dios nos creó a todos a “Su imagen”.
El concepto de universalismo es intrínseco a la historia bíblica de la creación. Y es por eso que el judaísmo sostiene que el registro de la historia debe marcar el comienzo del tiempo desde la creación de Adam. Es la humanidad la que le da un sentido a la creación.
Nuestro calendario no comienza a contar los años desde el nacimiento de Abraham, sin importar cuán relevante haya sido su vida como nuestro primer patriarca. Tampoco afirmamos que el pasado sólo es digno de recordarse desde el momento en que nos volvimos un pueblo o desde el momento en que recibimos la Torá. El año actual es 5774. Ese es el número de años que engloban los años comunes de la familia humana.
Pero ese no es el mensaje del año de calendario 2014, cuyo significado se basa en un concepto teológico. 2014 elige el nacimiento de Jesús como el momento que le da un significado a toda la historia subsecuente. Al comenzar la cuenta de los años con este evento, está haciendo una declaración: Lo que pasó antes es insignificante.
El cristianismo reemplazó el calendario judío, el cual se basaba e una visión universalista, por una visión particular. El cristianismo ha enseñado por mucho tiempo que la salvación sólo puede ser alcanzada por medio de la aceptación de Jesús.
El desafío de Miguel Ángel a la Iglesia
Fue a principios de la primera parte del siglo XVI que el Papa Julio II, quien quería dejar un legado eterno de su papado, le encargó a Miguel Ángel adornar la bóveda de la Capilla Sixtina. Sus instrucciones fueron claras. Le dijo al prominente artista que quería que pintase frescos que representasen las ilustres vidas de Jesús y María.
Pero Miguel Ángel tenía otros planes. Y para lograrlos tuvo que utilizar una arriesgada estrategia. Él aceptó el trabajo solamente con la condición de que nadie pudiese interferir con su trabajo mientras aún estuviera en progreso. Para asegurarse de que nadie fuera capaz de ver lo que él estaba haciendo durante los cuatro años y medio que le tomó completar todo el proyecto, hizo que se instalara una tela por debajo, ostensiblemente para evitar que cayese pintura al piso, mientras él trabajaba sobre un andamio a casi 20 metros de altura.
Cuando llegó el momento de descubrir su obra maestra, el Papa quedó consternado al ver que Miguel Ángel había desobedecido completamente sus órdenes. La bóveda de la Capilla Sixtina no tenía a Jesús o a María, al igual que no contenía a la mayoría de los personajes del Nuevo Testamento. El 95% de los temas provenían de la biblia hebrea, ¡y sólo el 5% eran paganos!
Cómo logró Miguel Ángel continuar con su vida después de aquel directo acto de desobediencia a las órdenes del Papa es una historia fascinante por sí misma, la cual aparece explicada en gran detalle en el libro que co-escribí con Roy Doliner The Sistine Secrets: Michelangelo’s Forbidden Messages in the Heart of the Vatican (Los secretos sixtinos: Los mensajes prohibidos de Miguel Ángel en el corazón del Vaticano, libro en inglés). Lo que quiero clarificar aquí es cuál era la motivación de Miguel Ángel.
Cuando era pequeño, Miguel Ángel fue adoptado por Lorenzo de Medici, quien probablemente era el hombre más rico del mundo en aquel entonces. Debido a su clara inteligencia, Lorenzo de Medici le asignó los mismos tutores que a sus propios hijos. El más prominente de dichos tutores era Pico Della Mirandola, quien no sólo era conocido por su genialidad sino que también por su compromiso con ideas e ideales universalistas que estaban lejos de ser aceptados en su tiempo. Della Mirandola admitía que muchas de sus ideas fueron influenciadas por sus estudios de Torá y de textos judíos, y estos —al igual que su gran interés por la Cábala— se los traspasó a Miguel Ángel. La misión que le había asignado el Papa a Miguel Ángel había sido que la bóveda de la Capilla Sixtina transmitiese el mismo mensaje que el calendario cristiano: que la historia comienza con Jesús. Pero Miguel Ángel no podía permitir que la realidad del comienzo común de la humanidad, el espíritu de universalismo que empapa el primer capítulo del Génesis, fuese silenciado en la capilla más famosa. Y por lo tanto, Miguel Ángel se atrevió a representar en sus frescos las historias más famosas de los primeros capítulos de la biblia, comenzando con la creación de Adam.
Y es así como se genero la que probablemente es la pintura más famosa del arte occidental. Si Miguel Ángel tuviera que escoger la fecha para este año, probablemente estaría de acuerdo con que 5774 es preferible antes que 2014.
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