Durante el marco de la II Guerra mundial fueron muchos los experimentos con seres humanos que se realizaron en el mundo, partiendo desde Josef Mengele, han habido muchos Angeles de la muerte, que en aras de la ciencia han utilizado a seres humanos como conejillos de india. En este lado del continente americano, específicamente en los países norteamericanos, se han desarrollado muchas las historias en donde una gran cantidad de personas han perecido en manos de científicos que no se tocan el corazón a la hora de realizar sus inhumanos experimento que afectan tanto a otros países como a sus propios ciudadanos.
La CIA desarrollo el proyecto MKULTURA el cual pretendía encontrar métodos para controlar la mente, dicho proyecto fue encabezado por el Dr. Donald Ewen Cameron. Se sabe que en el Instituto Memorial Allen en Montreal, Canadá, el Dr. Cameron sometía a los pacientes ingresados con depresión bipolar o trastornos de ansiedad a un tipo de tratamiento que dejo serias secuelas alterando sus vidas de forma irreparable. Entre los años de 1957 y 1964, Cameron sometió a sus pacientes a una terapia electroconvulsiva que sobrepasaba entre 30 y 40 veces las normas, ya que los inducía a un estado de coma con drogas y reproducía cintas con declaraciones simples o ruidos repetitivos hasta que las víctimas olvidaron como hablar y eventualmente sufrieron de una amnesia grave.
Estas practicas fueron realizadas a ciudadanos canadienses porque la CIA muy probablemente consideraba sumamente arriesgado realizarlas a los estadounidenses. Lo mas increíble o quizás lo mas terrible es que con la finalidad de financiar el proyecto, Cameron involucro a una gran cantidad de niños, y según se dice, indujo a uno de los menores a tener sexo con un alto funcionario gubernamental, pues el objetivo del galeno era prostituir al niño y grabarlo para luego chantajear al político y así recaudar los fondos que le eran necesarios para mantener su trabajo.
Otra historia no menos terrible tuvo lugar en la década de los 40s, cuando la investigación de las armas químicas se intensificaba, el gobierno estadounidense no dudo ni un solo segundo en involucrar al personal militar en sus experimentos con la única intención de probar la eficacia de las armas y los métodos de defensa, fueron usados gas mostaza y otros productos químicos que dejaban serias quemaduras en la piel y de paso arruinaban los pulmones de la víctimas. Dichos experimentos fueron realizados sin el consentimiento de los soldados. Los científicos probaban las mascaras antiguas y ropas de protección encerrando a los soldados en cámaras similares a las de la Alemania Nazi. Los científicos usaron lewisita un peligroso compuesto que fácilmente penetra ropa y goma, y que al entrar en contacto con la piel provoca un dolor extremo, picor, hinchazón y erupción.
Los soldados llegaron a tener grandes ampollas llenas de líquido que se desarrollaron 12 horas después de la exposición en forma de quemaduras químicas sumamente graves. La inhalación del gas mostaza provoca ardor en los pulmones, estornudos, vómitos y edema pulmonar. Sus efectos son asintomáticos hasta aproximadamente 24 horas después de la exposición. El gas mostaza produce quemaduras graves que se convierten con el tiempo en ampollas llenas de fluido amarillo. Es importante mencionar que el gas mostaza tiene propiedades mutágenas y cancerígenas que han matado a muchas personas expuestas.
A mediados del siglo XX, a fin de comprender los efectos qué se deben esperar en caso de un ataque real, las Fuerzas Armadas americanas y la CIA realizaron ataques aéreos/navales sobre ciudades enteras.
Los hechos comproblables son los siguientes:
- La CIA dispersó el virus de tos ferina en la bahía de Tampa, usando barcos. Como consecuencia estalló una epidemia de tos ferina, que dejó 12 personas muertas.
- La Marina roció a San Francisco con bacterias patógenas y por ello muchos ciudadanos padecieron neumonía.
- El Ejército soltó millones de mosquitos portadores de la fiebre amarilla y el dengue sobre Savannah, estado de Georgia, y Avon Park, Florida. El enjambre produjo a sus ciudadanos muchos problemas respiratorios, fiebre tifoidea, y niños nacidos muertos.Sucedió que tras dichos ataques, realizados por el gobierno, a las ciudades llegaban varios militares disfrazados de trabajadores sanitarios para estudiar y registrar los efectos a largo plazo de todas las enfermedades que se desataron.
La agencia RT señalo que el Gobierno de Guatemala había determinado que más de 2.000 personas fueron infectadas con sífilis y gonorrea durante los años 40, mientras que Estados Unidos considera que fueron algo más de 1.300 personas. Dichos experimentos fueron dirigidos por el médico estadounidense John Cutler, para averiguar si la penicilina podía ser usada “para prevenir enfermedades de transmisión sexual” y para ello emplearon a prostitutas, exmilitares, enfermos mentales, huérfanos y presidiarios. Nunca se publicaron los resultados de los experimentos, pero se conocieron en 2010 después de que la profesora de la Universidad de Wellesley, Susan Reverby, se topara con ellos por casualidad. Existen datos personales de los pacientes y cuadros médicos según los cuales hubo al menos 83 víctimas mortales.
Entre los años 1953 y 1964 la CIA ordenó la realización de experimentos con miles de civiles y militares estadounidenses usando la droga alucinógena LSD. De acuerdo a una reciente filtración de documentos confidenciales, además del Ejército, algunos experimentos se llevaron a cabo en playas, bares y restaurantes donde los agentes colocaron el narcótico en las bebidas de los clientes. Por una década entera la CIA llevó a cabo sus experimentos de manera clandestina, persiguiendo a sus "blancos" y observando su conducta. Algunas de las víctimas sufrieron convulsiones y paranoia; otros murieron.
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