Las personas libres jamás podrán concebir lo que los libros significan para quienes vivimos encerrados. Ana Frank
Los genocidios que se perpetraron contra la población judía en la primera mitad del siglo XX marcaron de una forma importante al mundo. Nadie puede olvidar los 6 millones de judíos que perecieron en la Alemania Nazi, en la Shoá o Solución Final, por esta razón, en 1959, la Kneset (Parlamento Israelí) legisló la ley del Día de la Recordación del Holocausto y el Heroísmo, fecha elegida cuando el ejercito soviético liberó el campo el campo de exterminio nazi, en Auschwitz-Birkenau (Polonia). La ONU designó la fecha del 27 de enero como Día Internacional de conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto.
“El 27 del mes de nisán (Enero) es el Día de Recordación del Holocausto y el Heroísmo, dedicado cada año a la comunión con el recuerdo del desastre que causaron los nazis y sus ayudantes al pueblo judío y con el recuerdo de los actos de heroísmo y los actos de rebelión en aquellos días. La fecha del 27 de nisán fue elegida tras debatir la Kneset acerca de qué es lo que debe simbolizar la fecha del Día de Recordación y si hay que adjuntarlo a un día de duelo y ayuno existente o dedicarle un día separado. A fin de cuentas se eligió el 27 de nisán porque simboliza la rebelión del ghetto de Varsovia".
Cuando se habla de asociaciones de víctimas del terrorismo, se sobrentiende que se referiré a los familiares de los asesinados y de los heridos, pero en el caso del Holocausto judío, esta extrapolación no es contemplada, ya que las víctimas no serían solo los 6 millones de asesinados, sino un total de 18 millones que entonces componían al pueblo judío, los descendientes de los que sobrevivieron a la tragedia, y de los que estaban por fuera del alcance geográfico momentáneo de la maquinaria nazi. Después del final de la Segunda Guerra Mundial nadie quería hablar del tema, hoy los testimonios de los sobrevivientes son recopilados por los interesados en aquella masacre que conmovió a tantos, y muchos libros recientemente publicados narran de cuando el mal y la locura colectiva eclipsaron Europa.
Para la población judía, la Shoá es una imagen tatuada en la memoria, como aquellas fotos en blanco y negro que enseñan el dolor y el sufrimiento de un pueblo que se vio obligado a fortalecerse, de cuando ni siquiera se usaba ese termino ni el del holocausto, sino jurb, en ìdish, la lengua de la mayoría de las víctimas mortales. Aún hoy en nuestros días el pueblo judía reconoce que la Shoá o el jurb no han acabado, porque ya no es la Alemania nazi la que derrama su sangre, ahora es el mundo el que señala injusta y cruelmente a una nación que se defiende para que su gente no padezca nuevamente la muerte y el terror de una guerra que conmociono al mundo entero.
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