¿Por qué mata una mujer?
Hoy día entender porque una mujer toma la decisión de asesinar a su esposo o a su pareja sentimental, es analizar el maltrato y la humillación que la mujer por considerarse el sexo débil sufre ante el abuso de un marido violento; no se trata de un acto justificable, más bien se trata de una situación digna de estudio. ¿Qué lleva a una mujer a asesinar a sangre fría a su esposo, o contratar a alguien que esté dispuesto a mancharse las manos por ella?
Un caso realmente sobrecogedor e impresionante es el de Madame Alexe Popova, dama rusa que vio en su país a finales del siglo XIX un enorme filón de mujeres descontentas con sus maridos, quienes abusaban de ellas no solo física pero también psicológicamente, y aprovechando aquella situación, montó una agencia para eliminarlos y en poco tiempo ganó gran éxito y popularidad entre el género femenino. Popova llegó a convertirse es uno de los primeros casos reconocidos de asesinas seriales, pero podríamos decir que ella era una asesina serial con clase, de esas que no se manchan las manos.
Madame Popova fue una noble cruel, la vida para ella no tenía ningún valor, algo muy común en su época, por su rango tenía la capacidad de cometer sus crímenes y que estos quedaran sin castigo, y además según ella hacer caridad con aquellas mujeres que sufrían de las vejaciones de sus maridos molestos. Aquella empresa regentada por ella funciono desde 1879 hasta 1909, tiempo en el cual pasaron trescientas clientas con sus correspondientes trescientos maridos asesinados, ya que por una cantidad no muy elevada les realizaba un limpio y efectivo trabajo a aquellas sufridas esposas.
Como cualquier asesino serial, Popova tenía sus propios métodos de ejecución, pero el más común era el veneno, dependiendo del deseo de la clienta ella misma lo administraba o bien se lo daba a su clienta para que esta se lo dosificara dependiendo que tan rápido quisiera ver resultados. En algunos casos por petición de la clienta ella usaba sicarios. Aquella agencia era perfecta porque proporcionaba confidencialidad y además, al no tener ella ninguna relación con las victimas resultaba muy difícil que la descubrieran. En aquella época las fuerzas del orden no son tan efectivas como lo son hoy día, no había control sobre la población como sucede hoy día, lo que sería para ella una ventaja ya que acumulaba sus crímenes sin ser descubierta.
Fue en 1909 cuando una clienta luego de un ataque de remordimientos decidió acudir a las autoridades y denunciar el hecho, Madame Popova fue atrapada, juzgada, condenada y finalmente ejecutada en un pelotón de fusilamiento. Hasta el último momento de su vida mantuvo silencio y no denuncio a sus cómplices. Poco antes de ser ejecutada, orgullosa Madame Popova confesó: “Libere a mas de 300 mujeres e hice un gran trabajo alejando esposas infelices de sus tiranos”, y en su defensa alegó: “Nunca maté a una mujer”.
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