El 13 de marzo en la Escuela Primaria de Dublane un asesinato múltiple tomo lugar. Aquel cruel matanza cobró las vidas de 16 niños y un adulto. En aquella mañana, Thomas Watt Hamilton de 43 años de edad salió de su residencia en Dublane, un pueblo de relativamente pacífico de unos 15.000 habitantes ubicado en el centro de Escocia. Thomas Watt había sido monitor de Scouts en la Escuela de Dublane algún tiempo atrás. Eran las 9:30 de la mañana cuando irrumpe en la primaria armado con 4 pistolas, munición para disparar más se 700 veces y un par de alicates. Lo que Watt Hamilton tenia en su cabeza en aquel momento era asesinar. Al entrar en el centro educativo lo primero que el criminal hizo fue cortar los cables del teléfono de un poste cercano. Después comenzó a disparar en el patio antes de irrumpir en el edificio por una puerta lateral.
Thomas Watt hirió seriamente a dos profesoras, Mary Blake y Eileen Harrild, inmediatamente después prendió fuego contra los niños quienes asustados intentaban refugiarse desesperadamente bajo las sillas, mesas y dentro de los armarios. Gwen Mayor, una profesora de educación física murió al cubrir a un grupo de niños con su cuerpo. Aquel lugar se llenó de gritos y en poco tiempo quedo cubierta de pequeños cuerpos tendidos sobre charcos de sangre, y muchas víctimas mortales. Entonces el hombre enloquecido, saco un revólver Magnum de 9mm, lo introdujo en su boca, y apretó el gatillo. El ataque fue tan breve como trágico el resultado: 18 víctimas, la profesora Gwen Mayor, 16 niños y Thomas Watt Mayor.
En pocos minutos las ambulancias y la policía llegaron a la escuela. Muchas de las víctimas fueron atendidas en el lugar del crimen, y otros fueron trasladados al centro medico de Royal Infirmary de Stirling para recibir tratamiento. Doce niños fueron hospitalizados, todos ellos en estado crítico y todos sobrevivieron, pero con cicatrices de aquella pesadilla vivida que nadie podrá borrar. La masacre de Dublane provoco una brutal sensación de inseguridad en la sociedad británica. Los padres de los niños fallecidos iniciaron una campaña nacional que concluiría con la prohibición total a los ciudadanos de guardar en casa armas similares a los dos revólveres y las dos pistola que el asesino utilizo para asesinar a todos aquellos pequeños. Desde entonces en Reino Unido solo se permite la exhibición de armas antiguas, de colección o de interés histórico.
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