Los días 6 y 7 de noviembre de 1985 marcaron como un hierro incandescente la historia de Colombia. Aquel noviembre negro El Palacio de Justicia ardía como el mismísimo infierno. Hoy 26 años después lo que sucedió en aquellas instalaciones del recinto de la Corte Suprema de Justicia sigue sobrecogiendo el alma de miles de colombianos de la época. La muerte transitaba libre y descaradamente dejando sangre y fuego con una macabra y diabólica señal M-19. Entre el fuego cruzado de la lucha a muerte que libraban el ejército y la policía contra la guerrilla, se encontraban en la mitad los magistrados y empleados de aquel Palacio en llamas. Hoy día una señal aclara el panorama donde se sabe quiénes son culpables y quienes son inocentes, un panorama que la justicia ciega colombiana se niega a ver. Los héroes son vistos como verdugos que deben pedir disculpas, pero… ¿disculpas a quien? ¿A los demoniacos representantes del M-19 que se encuentran ocupando la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Secretaria de Gobierno de Bogotá? La prensa ha anunciado la absurda orden impuesta por el Tribunal Superior de Bogotá de condenar a 30 años de prisión al Coronel Luis Alfonso Plazas Vega, oficial asignado para la recuperación del Palacio de Justicia. ¿Condenado porque? ¿Existen acaso cuerpos, evidencias, pruebas condenatorias contra el coronel Plazas Vega? 
Se hablan de desapariciones, torturas y muertes de Irma Franco, guerrillera del M-19. Existen fotos y videos que dan fe que salió con vida del Palacio de Justicia, igualmente con la desaparición del empleado del Palacio de Justicia, Carlos Augusto Rodríguez, pero nada, absolutamente nada que incrimine al Coronel Plazas Vega, ni una huella, ni un arma, ni un cuerpo…pero ¿que sabemos del Alcalde Mayor de Bogotá y del Secretario de Gobierno?
Gustavo Petro Urrego
Se trata de un brillante economista de la Universidad Externado de Colombia,. Ocupo varios cargos públicos en Zipaquirá, Cundinamarca. El señor tiene meritos, salvo por unos detallitos significativos en su hoja de vida, y es que formó parte del grupo guerrillero M-19 durante su juventud, siendo condenado por un tribunal militar a dos años de prisión, lo que nos indica que el señor Gustavo Petro no es precisamente San Francisco de Asís o la Virgen de Betania como para creerse santo y mucho menos inocente.
Antonio Navarro Wolff
La cara de “tío bonachón” que tiene este ingeniero y político colombiano no lo ayuda en nada ya que en su hoja de vida aparece como ex militante del también tristemente famoso grupo guerrillero M-19, al que se unió a finales de los años 70. Navarro Wolff en el M-19 ascendió hasta convertirse en el segundo al mando de la organización terrorista. Entre los múltiples golpes cometidos por el M-19, siendo cabecilla de este grupo armado, las más memorables son:
- La Toma del Palacio de Justicia en la Plaza de Bolívar
- La Toma de la Embajada de Republica Dominicana
- El Secuestro y asesinato de Jose Raquel Mercado, periodista
- Secuestro de Hugo Ferreira Neira, gerente de Indupalma
- Nicolas Escobar Soto, alto funcionario de una empresa petrolera
- Secuestro de Alvaro Gomez Hurtado, dirigente conservador, candidato presidencial y director del Periodico El Siglo.
En mayo de 1985 fue víctima de un atentado que lo dejo gravemente herido y con una lesión en el nervio que mueve la parte izquierda de la lengua. Como es lógico este señor tiene más muertes encima que arroz partido por la mitad. Entonces ¿de qué se trata la decisión del Tribunal Superior de Bogotá, de hacer justicia o de perdonar a los verdugos y condenar a los héroes’
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